-Hola Robert, ya estoy en casa...
-¿Cómo te ha ido niña?, ¿has traído algo para mí?
Robert es un viejo, casi sin cabello y los que le quedan en su mayoría son blancos, cuando nos veo a pienso en que la cantidad de chicos que deben haber como yo, sin madre, ni padre, que fuimos criados por un tercero que nos trató con amor, tengo mis diferencias con Robert, él es una persona que me dice que la vida es maravillosa y que debo ser fuerte, pero él constantemente vive deseando morirse, sin embargo, me enseño que yo era especial, en mi opinión él me convirtió en una persona especial, me enseño todo lo necesario para sobrevivir en lo que queda de la Tierra, con seres humanos muchas veces desagradables, y con escenarios bastante típicos de peleas, hambre y pobreza.
-Te he traído estos 4 libros, uno está completamente en blanco..
Robert sabe muy bien leer y escribir, eso es algo que nunca quiso enseñarme decía que si lo aprendía estaría en riesgo y que es mejor no saberlo, así que cuando voy a la impotente biblioteca hecha polvo siempre recojo unos cuantos libros para que él nos los lea.
-Niña tonta, la que está en blanco es una libreta, y dice: "bitácora de viaje", siempre quise una de joven, quería recorrer el mundo y plasmar en la libreta la belleza de él, lastimosamente ya todo estaba en un alto grado de deterioro.
Se le quedo viendo con nostalgia, incluso vi como sus ojos se encharcaron, pero aun así no dejo caer una sola lágrima.
-Mejor ve alistándote que el avión ya está por llegar, y mira que buitres hay muchos.
Al menos como yo percibo la vida no siento que sea injusta, al menos no de este lado, nadie sabe que es lo que hay detrás del muro, solo sabemos que de ahí es de donde proviene el avión de carga que nos trae la comida, a veces vienten y se llevan a varios hombres, nunca se llevan a más de veinte, nadie sabe para qué, pero desde que tengo uso de razón, no he visto regresar a ninguno, Robert me explico que los llevan a trabajar para preparar nuestros alimentos, él dicen que son el gobierno, cada vez que habla de ellos escupe y pronuncia "gobierno" con un alto grado de desprecio.
Estoy parada, desnuda alistándome para ir a espera el avión, me imagino la ruta que voy a recorrer cuando venga de regreso, nunca debes seguir la misma ruta, me decía Robert, ocupa los contenedores a tu favor, no sabes quién puede estar en la próxima vuelta esperando a asaltar por quitarte la comida, los contenedores eran donde todos vivíamos, solo se permitían de dos a tres personas por contenedor, si habían 4 el gobierno venia y se los llevaba por eso nunca eran más de veinte los que se llevaban.
-Adiós Robert
-Adiós niña, nos vemos más tarde.
Salgo del contenedor y todo está igual que siempre, nunca llueve peri siempre se siente un ambiente húmedo, y un cielo bastante opaco, una nube de humo entre anaranjada y gris se posa en el cielo siempre, y eso es lo que causa el ambiente tan sombrío. Comienzo a corres, llevo mi bufanda hasta la nariz, el cabello recogido y una gorra, es mejor que no sepan que eres una chica, me repetía Robert cada que salía.
Como lo esperaba, parece un ritual, todos en un semicírculo, ya está hasta calculado la distancia exacta donde el avión aterriza, a la par mía se encuentra un joven que su pierna izquierda es más corta que la derecha, cada que se mueve su rodilla cruje y pierde el equilibrio, lo recupera con un palo que utiliza como bastón, al otro lado se encuentra una chica morena, con ojos celestes bastante llamativos, me asombra su forma de vestir, tiene un escote bastante pronunciado, pero lleva una chaqueta y unos pantalones bastante ajustados, sonreí para mi interior imaginando el rostro de Robert si yo salgo así.
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bitácora de viaje
General FictionLa Tierra se convierte en nuestro verdugo, ¿la única ruta alterna? una "Tierra" postapocalíptica fuera de nuestra galaxia.