Capítulo Diecinueve

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  19.


En la vida, a veces hay cosas que simplemente no necesitan ser explicadas.  Y otras, que el tiempo prefiere dejar sin explicación.

Quizás no estaba lo suficientemente perturbado ya, o no quería sentirse más culpable pero... sentía que colapsaría en cualquier momento. Seokjin caminaba molesto por los pasillos de la escuela después de terminar el entrenamiento. Estaba frustrado y adolorido; sabía que no debía ser egoísta pero no podía evitar sentir envidia de su hermano.

El chico se había marchado solo de la ciudad hacía un par de días para conocer su nueva universidad. Y Seokjin realmente quería estar feliz por él pero le quemaba demasiado saber que él nunca sería suficiente como Taehyung.

Regresaría a casa por la tarde; últimamente, parecía que peleaba con su hermano todo el tiempo, Taehyung incluso le había gritado que se jodiera antes de salir hacia el aeropuerto. Y sabía que quizá debería disculparse con él, decirle lo que sabía todo pero no estaba mentalmente preparado para eso.  

La madrugada del primero de agosto de 1986, después de que la lluvia cesara, Kim Seokjin se había sentado en su balcón para fumar porque de todas formas no podía dormir bien; pero no esperaba ver a Agustus Min salir de la ventana de la habitación de su hermano, y colgarse de la rama del árbol frente a esta para luego salir de la casa, usando la ropa de Taehyung y con las manos vendadas.

El pelinegro volteó a verlo cuando le notó afuera y simplemente lo vio con desdén. Seokjin hubiese querido correr hacia su hermano para decirle que se alejara de gente como él pero no podía hacerlo sin quedar como un imbécil.

Decirle, "Hey, si sigues por ese camino van a joderte la vida como yo se la jodí a él", definitivamente no era una opción. 

Los últimos meses había hecho cosas de las que no estaba orgulloso. Lo había amenazado un par de veces y había detonado algo muy malo en el interior de Min porque quizá la había jodido más de lo que pensaba.

Incluso le repitió hasta el cansancio que si intentaba ponerle un solo dedo encima a su hermano iba a matarlo,  lo siguió por días en el camino de regreso a casa, y lo recargó contra la pared cuando la tensión física entre ellos aumentó antes de encerrarlo en el baño de un restaurante para gritarle que estaba enfermo. 

Y es que, Seokjin siempre fue alguien intuitivo cuya corazonada le hacía sentir que algo no estaba bien.  A finales de noviembre, la desesperación y el egoísmo continuaban siendo las cruces que siempre llevaba.

Suspiró, y caminó hacia su casillero. Entonces lo abrió, al hacerlo, un sobre se cayó de él, llenándole de intriga. Ladeó la cabeza y se agachó a recogerlo. 

Se le revolvió el estómago cuando alcanzó a leer las palabras del frente; porque conocía esa letra, y aún con su defectuosa visión entendió lo que significaba.

Desesperado, abrió el sobre para sacar su contenido y cuando lo tuvo en sus manos sintió desmayarse. Ahora sí estaba seguro de que vomitaría. 

Pegó su espalda al casillero y se deslizó lentamente mientras la rabia se apoderaba de él, haciéndole llorar de la mera impotencia mientras negaba con la cabeza. Esto era su culpa.

La primera era una fotografía de Taehyung durmiendo; la segunda, una de un poco más lejos donde se podía observar del torso hacia arriba al muchacho, con el pecho desnudo y una marca roja en el cuello. 

Y la tercera... Seokjin ni siquiera tenía corazón para seguir viendo. 

Volvió su vista al sobre y leyó con asco el enunciado:

LA TEORÍA DE KIM.《version one》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora