🐤➷Ú𝗻𝗶𝗰𝗼

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¿Qué se sentía ser el hijo menos querido? Lo sabía perfectamente.

Yo, Lee Felix, nunca recibí una felicitación sincera, siempre recibía lo que mis hermanos no querían, en mis cumpleaños, apenas recibía una carta mal escrita, con unas simples palabras, las mismas que todos los años.

En mis cumpleaños, invitaba a mis amigos a celebrar, pero solo podían ser un par de horas ya que "No podía molestar a mis hermanos", pero ellos podían molestarme a mí. Era injusto, muy injusto.

Desde pequeño me preguntaba porque no eran cariñosos conmigo, nunca jugaban conmigo, y cuándo lo hacían, terminaban gritándome porque "Me lo merecía". Recuerdo haber llorado cada vez que me gritaban por algo que yo no había echo, pero les creían a ellos, no a mí, porque claro, "Son los mayores y tengo que hacer lo que dicen".

-Saldremos un rato, tal vez lleguemos algo tarde, pueden pedir algo para comer, les dejaremos dinero para que pidan algo, no hagan tanto alboroto. -escuché la voz de mi madre hablar, mientras bajaba las escaleras. -Sobre todo tu Felix, no molestes a tus hermanos.

Bajé la cabeza y asentí, aunque sabía que ellos iban a molestarme a mí. -¿No me dirás nada más? -pregunté en un susurro, esperaba que lo recordara.

-¿Qué más quieres que te diga? Me voy, se hace tarde. -respondió cortante, mientras cerraba la puerta.

Vi como ellos me daban una mirada antes de subir cada uno a su habitación, mientras yo me quedaba parado allí, cabizbajo, sintiendo húmedas mis mejillas, ya que habían comenzado a caer las lágrimas. Se habían olvidado, ni una puta carta me dieron, eso me hacía sentir peor. Se olvidaron de mi cumpleaños.

Subí corriendo a mi habitación, y cerré la puerta con seguro, y tomé mi celular, marqué el número de la única persona que yo sé que me atenderá.

-¿Lixie?

-C-chan. -mi voz salió quebrada.

-¿Estás bien? ¿Bebé?

-E-ellos lo olvidaron. -fue lo único que pude decir. -¿Puedo ir?

-No tienes que preguntarlo, sólo ven, te espero amor.

-Te amo Chan.

-Yo también, nos vemos.

Hice un sonidito de afirmación y colgué, tomé un abrigo de mi novio, que me había prestado en nuestra salida anterior, abrí la puerta con delicadeza, esperando que no se dieran cuenta, pero mis planes fallaron cuándo vi a mis hermanos conversar tranquilamente en la sala.

-¿A dónde vas?

-Saldré. -contesté sin más.

-¿Por qué no te vas de una buena vez? Así dejas de molestarnos y de estorbar.

Sentí mi vista nublarse nuevamente, y salí corriendo de la casa, mientras limpiaba mis lágrimas con las mangas del abrigo, camino a casa de Chris.

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𝗠𝗜 𝗟𝗨𝗚𝗔𝗥 𝗦𝗘𝗚𝗨𝗥𝗢 ↝ chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora