Zombies vs narcos

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Volando en los aires me encuentro. Una especie de ojo murciélago me tiene por los hombros. Le ruego en varias ocasiones que me baje, pero no lo hace sino hasta dar tres vueltas por un castillo monstruoso de tonos morados y negros. Extrañamente caigo de pie, ilesa.

De pronto me encuentro vestida como si estuviera en un ejercito, solo que mi uniforme esta algo desgarrado. Un hombre en una enorme pantalla parece estar anunciando algo, pero en lo que me he dado cuenta, el hombre ha dejado de hablar. << ¡Andando, soldado!>> , menciona el que parece ser el general, para después ver como un águila lo toma por el cuello de la camisa, llevandolo fuera del castillo. El mismo destino me espera. Vuelo con la ayuda del mismo ojo murciélago que me trajo aquí. Caigo de rodillas cuando este me suelta. No sé que hacer, no sé porque tengo un arma, no se porque todos corren y nadie parece querer explicarme. Una ola de zombies militares se dirigen hacia mi, mas rápido de lo que siempre los pintan. Corro hasta ocultarme detrás de una pared. El peligro pasa y yo continuo corriendo hacia donde creo que no encontraré mas de estos muertos vivientes.

Me tranquilizo por un momento y decido hacer guardia al rededor del terreno, cuando una segunda ola de zombies se dirige hacia mi. Parece ser que hay una estructura cuadrada enorme, parece ser un viejo antro en medio del lugar mas oscuro que había visto desde que empezó esta tortura. Decido aventurarme y esconderme detrás de ella, sin saber que esperar. Un leve chasquido abre una pequeña compuerta justo de bajo de mis pies y caigo al vacío por un instante. Todo se vuelve oscuro, temo ver lo que sea se encuentre entre las sombras. Tras unos segundos, todo el lugar se ilumina con luz amarilla, dejándome ver el antro subterráneo que alberga a lo que deduzco que son narcos, sobrevivientes de la zombieficación. Decido que no me interesa e intento salir del lugar, pero un reflector me ilumina en plena huida. Ante mi se encuentra el que parece ser el líder de todo, se identifica como dueño del changarro y me ofrece trabajo a cambio de sobrevivencia. Una chica le pide que me deje tranquila un momento, y me dan de comer.

Acabada la comida, decido que ese lugar no es para mí y con mucha precaución, salgo de nuevo.

Todo parece ir tranquilo durante unas cuadras. Algunas personas, militares al parecer, intentan hacer que vaya con ellos, pero siento estoy mejor sola y me oculto en el jardín de una casa en cuanto veo pasar una nueva oleada de zombies que de apoco acaban sus vidas. Huyo de la escena y al fin despierto.

SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora