Cap 7: "Volver"

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*Narra Dulce*

Marizza: Luego me ayudas con mi tarea, Dul? - pregunta mientras deja su mochila en el suelo y se quita el abrigo.

Dulce: Claro. - digo, me da su abrigo y yo lo cuelgo en el perchero junto a la puerta, Marizza toma su mochila de nuevo y sube las escaleras rápidamente. - Con cuidado, Marizza. - la reprendo mientras me quito mi abrigo.

Camino a la cocina y tomo un vaso de la alacena y me acerco al grifo, lleno el vaso con agua y le doy un sorbo, oigo las suaves pisadas bajar las escaleras, veo sus pequeños dedos aferrarse al borde de la encimera y sus brillantes ojitos me miran.

Marizza: Me das agua, por favor? Tengo sed. - río y tomo el vaso de plástico que está junto a mí, lo lleno de agua hasta la mitad, le pongo su tapa de seguridad y se lo entrego. - Gracias. - sonríe y yo le devuelvo el gesto.

Recuerdo cuando la detestaba por alguna razón, al principio creía que ella y María José habían destruido por completo a mi familia, pero luego entendí de que ellas no habían provocado esa ruptura y que mis padres ya no se querían desde hace mucho tiempo.

También recuerdo la primera vez que logré establecer una conexión especial con Marizza, ella aún tenía cuatro años y yo había vuelto a tener una recaída y hace poco tiempo había vuelto del hospital. Mi padre y María José peleaban en la cocina sobre mi comportamiento y, además, porque alteraba a María José al no comer. Yo estaba en mi habitación intentando escuchar música, hasta que vi la puerta del cuarto abrirse ligeramente, me quité los auriculares y vi a Marizza vestida con su pijama de conejitos y abrazando a su elefante de peluche.

Dulce: Qué quieres? - pregunto suspirando y ella se abraza más fuerte a su peluche.

Marizza: Están peleando? - pregunta inmóvil en su lugar.

Dulce: Sí. - me cruzo de brazos. - Por qué estás despierta? Es muy tarde, además, por qué vienes a mi habitación? - digo algo molesta.

Marizza: Es que... - se frota uno de sus ojos y bosteza. - Escuché los gritos, nunca había escuchado gritos. - se acerca un poco a mi cama y me mira a los ojos. - Me dejas subir? - la miro por unos segundos y me encojo de hombros, ella se trepa a la cama y, cuando ya está encima de esta, se acomoda sentándose como un indio frente a mí. - Por qué pelean?

Dulce: No lo sé. - suspiro y reposo mi espalda contra el respaldar de mi cama, Marizza me mira y se acerca un poco más a mí, veo sus ojos clavados en mis muñecas, aún tenía las vendas de las nuevas heridas que me había provocado unas semanas antes. - Qué? - le pregunto cuando ella frunce sus labios.

Marizza: Te duele? - dice levantando su pequeño dedo señalando la herida, elevo mis hombros nuevamente. - Y... No comer te duele? - suspiro ante su pregunta, me cruzo de brazos y la miro fijamente.

Dulce: Por qué me estás preguntando todas estas cosas? - Marizza levanta los ojos hacia mí y se queda en silencio unos minutos.

Marizza: Te vas a morir? - pregunta finalmente con sus ojos comenzando a lagrimear.

Me quedé en silencio por unos segundos sin saber qué responderle, los gritos que provenían de la cocina ahora eran murmullos y sollozos, suspiro al ver la primera lágrima resbalar por su mejilla, la veo aferrarse a su elefante y algo dentro de mí se remueve.

Dulce: Hey, no llores... - susurro. - Ven aquí... - estiro mi mano hacia ella, la toma y la acerco más a mí y limpio sus lágrimas. - Mira... No sé si me voy a morir, pero tú no tendrías que preocuparte por esto, eres muy pequeña como para entender todo lo que me está pasando... - Marizza sorbe su nariz y se frota los ojos mientras solloza.

Marizza: No te mueras, por favor. - rodea mi cuello con sus brazos y me abraza con fuerza, al principio me toma por sorpresa pero luego rodeo su pequeño cuerpo con mis brazos correspondiendo a su abrazo.

Nos quedamos así hasta que oigo que su llanto cesa, sin embargo no me suelta, después de un rato sentí su respiración pausada y supe que se había quedado dormida, la acomodo junto a mi en la cama y la arropo, aparto un mechón de cabello de su rostro. Me quedo un momento mirándola hasta que me quedo completamente dormida.

Esa fue la primera vez que un pequeño lazo se formó entre nosotras y nos unió. Después de eso, yo comencé a mejorar notablemente con respecto a mi enfermedad, comía un poco más, iba a los controles de peso sin rechistar y había dejado de cortarme.

Dulce: Entonces, si aquí tienes que restar, ¿cuántas manzanas te quedarían? - le pregunto, ella baja su mirada y cuenta lentamente con sus deditos, bajándolos uno por uno hasta quedarse con solo tres dedos levantados.

Marizza: Tres? - pregunta dudosa y veo una sonrisa aparecer cuando yo afirmo con la cabeza.

Dulce: Ten. - le extiendo el lápiz que está sobre la mesa, cerca de su cuaderno de tareas. - Ahora escribe el resultado.

Marizza se concentra en escribir el resultado, yo volteo mi rostro hacia la puerta al escuchar cómo esta se abre, por ella entran María José y mi padre, yo les sonrío y pronto se acercan a nosotras a saludarnos con un beso en la mejilla.

Marizza: Mami, Dul me está ayudando a restar y sumar! - exclama emocionada y yo me incorporo de la silla.

María José: Qué bueno, cariño. - le responde con una sonrisa.

Dulce: Ahora continúa con el siguiente problema. Crees que puedas hacerlo sola?

Marizza: Sí. - asiente y yo acaricio suavemente su cabello.

Dulce: Papá, podemos hablar un segundo? - pregunto acercándome a él.

Fernando: Claro, cariño, espérame en mi estudio, ayudo a María José con estas cosas y voy.

Asiento y me dirijo hacia a su estudio, al entrar a este me siento en el sofá de descanso que hay junto a la gran biblioteca llena de libros de ciencias, de estudios de campo y sociedad y de cultura general. Para matar el tiempo chequeo mis redes sociales.

Fernando: Aquí estoy. - dice mientras se sienta junto a mí. Hago a un lado mi celular para concentrarme en lo que quiero decirle a mi padre.

Dulce: Papi... - sonrío dulcemente.

Fernando: Mmm, ya conozco esto. Ya dime, qué quieres?

Dulce: Pues... Quiero volver a México y terminar mis estudios allí. Extraño mi hogar - digo sonriente, pero pronto mi sonrisa comienza a desaparecer cuando veo el rostro de mi padre.

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Hola!

Nuevo capítulo y nuevos avances en la vida de Dulce. Ella quiere volver a su hogar, pero ¿qué dirá su padre al respecto? ¿Estará de acuerdo con la idea?

Bueno, ya sé que no he subido capítulo la semana anterior, pero han sido semanas muy difíciles y a veces me es imposible subir nuevos caps, espero que me puedan entender... Por otro lado, como siempre que me olvido les subiré el capítulo correspondiente a la semana anterior y al de esta semana 😉

Espero que les haya gustado, si fue así ya saben que votando y comentando me apoyan y me animan muchísimo.

Las quiero! 💖
Besos! ✌️😘

Ocho Pasos - De Amor? © (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora