Bikini rojo, un gato loco y el nuevo trato
Aiden
Me muevo hacia la derecha buscando con mis brazos el pequeño y tibio cuerpo de Chloe, pero no la encuentro. Abro mis ojos y me percato de que estoy solo. Debido a toda la luz que se filtra puedo deducir que ya es pleno día.
Y sí, tengo un insoportable dolor de cabeza.
Me cambio de ropa rápido y salgo de la carpa. Me encuentro a Ethan leyendo sentado alrededor de los escombros que quedan de la fogata de anoche.
—¿Café? —es lo primero que me dice.
La luz del sol es demasiado intensa y me molestan los ojos. Busco mis lentes oscuros y me los pongo antes de sentarme junto a él.
—Gracias —respondo recibiendo una taza—. ¿Has visto a Chloe?
—¿Tu niñera? Sí, se ha ido al lago.
—No es mi niñera.
—Anoche lo fue —murmura divertido.
—¿De qué hablas?
Ethan me observa alzando las cejas.
—¿No recuerdas qué sucedió?
Hago memoria. Anoche... Tomé demasiadas cervezas, dejé de contar después de la séptima. Y luego... me dormí un rato. No, no dormí, dormité en la silla junto a la fogata. Y Chloe me llevó a la carpa.
—No sé, ¿importa? —respondo frunciendo el ceño y bebiendo un sorbo de café.
—Supongo que sí, algo le habrás dicho porque está muy confundida ahora.
—¿Qué?
—Dijo que anoche dijiste muchas cosas.
Mi corazón da un vuelco.
—¿Qué dije?
—Qué sé yo, no estuve ahí.
—Mierda.
—Sí, vaya mierda, quizás qué dijiste y ahora ni siquiera lo recuerdas.
Termino de beber el café y me incorporo, recogiendo una manzana y guardándola en mi bolsillo.
—Voy a buscarla.
—Suerte con eso —me comenta sonriendo y volviendo a tomar su libro. Le dedico una mala cara antes de comenzar a caminar hacia el lago.
Anoche... Anoche... Anoche me lancé al lago desnudo. Sí, eso lo recuerdo. Y recuerdo a Chloe riendo de buena manera por eso. Pero qué pasó en esa carpa...
Me concentro en recordar, pero mi memoria no me ayuda, casi veo mis recuerdos borrosos en mi mente.
«Estoy cuidándote». «Cuídame más de cerca».
Esas frases retumban en mi cabeza y las escucho lejanas, pero sé que somos nosotros, distingo nuestras voces.
Continúo caminando hacia el lago. Habría jurado que anoche el camino fue mucho más corto que ahora. Y sigo intentando recordar.
«¿Sabes qué me provoca? Ganas de morderte como si fueras un caramelo».
Mierda. Yo dije eso, lo dije, pero no recuerdo por qué...
Llego a una parte del lago, pero no veo a Chloe por acá. Comienzo a recorrer el borde buscándola con la mirada.
«Estás ebrio». «Y tú eres hermosa».
De nuevo nuestras voces haciendo un eco en mis pensamientos. Bien, le dije que es hermosa, se lo he dicho otras veces, no es una novedad.
Me detengo junto a una roca al notar que hay algunas prendas de ropa y unas zapatillas blancas. Es la ropa de Chloe. Debe estar cerca.
ESTÁS LEYENDO
El día que te despierten las estrellas (+18)
RomanceSpin off de El día que te atrevas a vivir