Monstruos Bajo La Cama

57 3 4
                                    

Espalda contra la pared, rodillas contra el pecho, manos aferradas alrededor de sus piernas, cabeza balanceándose, atrás, adelante, una y otra vez chocando con el yeso del muro, la mirada perdida en el espejo frente a él, su respiración entrecortada, acelerada, la piel perlada en sudor y lágrimas, su cabello despeinado pegándose a su frente, los llantos atascados en su garganta

Las 4:08am, casi dos horas en ese estado, solo esperando una hora más para que su alarma sonase pues no pensaba volver a dormir nunca más, volver a soñar, volver a encontrarse con ese monstruo

Las bolsas bajo sus ojos dolían, sus pupilas ardían sin dejar de soltar pequeñas lágrimas cada segundo. Sobre su cama, no podía moverse, no quería hacerlo, sobretodo no quería dormir pero su cuerpo lo traiciona y cada vez su mente está más del otro lado que en este. Un ruido proveniente de afuera lo hizo saltar levemente y despertar, sintió escalofríos al darse cuenta que estuvo a punto de caer nuevamente y la cosa empeoró, tomando una gran bocanada de aire su cabeza se movió hacia atrás y hacia adelante más rápido que hace un momento, chocando bruscamente con la pared detrás mientras temblaba

El ruido siguió, venía de la puerta pero ni siquiera pudo voltear a comprobar. Al ruido se le sumó una voz delgada que apenas escuchó

–K-am-kami-nari-Kun... ¿Está todo bien?

Era Koda, tan preocupado que hasta intentó hablar. Su cuarto está al lado y el sonido de la cabeza del rubio chocando sin parar contra su pared lo alertó

–¿K-kaminari-kun?—los golpes más fuertes y constantes lo empezaron a asustar

No sabía que hacer ¿Llamar a Aizawa-Sensei? ¿Entrar? ¿Solo irse e ignorarlo?

Terminó comprobando la puerta, no podía ser un héroe si dejaba solo a un amigo en posible peligro, y Kaminari había sido siempre muy bueno con él

Al girar la perilla esta cedió, temblando, con miedo, mucho miedo, abrió despacito la puerta, empujó lentamente, la luz del pasillo iluminando poco a poco la habitación, hasta que tocó la cama del rubio

Un grito se atoró en su garganta ante la imagen, Denki sobre la cama, ahora todo su cuerpo chocando contra pared mientras se balanceaba, sus manos sujetando fuertemente su cabellera rubia pareciendo que quería arrancarlo, su respiración demasiado acelerada para ser sana se mezclaba con llantos y gemidos de angustia que le erizaban la piel de roca

Su rostro lo asustó más que su comportamiento, pálido, bañado en sudor y lágrimas, sus ojos, el ambar apenas podía notarse en sus dilatadas pupilas, parecían querer salirse de sus cuencas, la parte blanca ahora era toda roja, sus orificios nazales expandiéndose en busca de aire, su boca abierta con los labios blancos temblando, soltando sonidos espantosos para Koda

Paralizado en el marco de la puerta sin saber que hacer ahora, se arrepentía un poco de haber entrado, pero ya no podía dejarlo así, debía hacer algo. Haciendo uso de su cobardía corrió hacia el ser humano más cercano—sin contar a Denki—en este caso, Iida

Tocó la puerta del delegado frenéticamente con todas sus fuerzas hasta que finalmente salió, de esto solo se dio cuenta al oir el quejido del peliazul cuando le dio un golpe en la nariz. Iida se tomó un minuto para recuperarse mientras Koda intentaba apresurarlo

–Koda-kun ¿Qué son estas horas para hacer tales escándalos? Y encima me golpeas

–Lo-lo-lo si-siento... P-pero...

Iida no pudo descifrar lo que decía

–¿Qué sucede?—aun así insistió

No es algo normal que Koda moleste a esta hora, que moleste en general. Se veía demasiado alterado por decir lo que sea que quería decir, pero las palabras no le salían

~⚡Este es Denki Kaminari⚡~ ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora