Hija de la diosa del Terror (Tanya Kuroi Sparda)

Comienzos.

El castillo Kuroi, la más grande edificación y conocido desde sus orígenes en el multiverso como el origen de toda maldad y miedo, este lugar es habitado por su dueña desde eones, Lucy Kuroi y sus sirvientes. Lucy creo el castillo a base de los materiales más poderosos y resistentes en el multiverso, mesclados con las almas de sus enemigos caídos y de todos los seres que alguna vez vivían desde antes de su creación. Termino su edificación y gobernó en su dimensión como le convenía, como toda reina del castillo necesitaba sirvientes, creo sus sirvientes y algunos los reclutó y los entreno a tal punto de ser lo más eficiente en combate. Eones pasaron dónde Lucy era la máxima autoridad en el multiverso, hasta el sol de hoy en día sigue siendo la reina de las dimensiones, la sola precencia del castillo era suficiente como para que hasta el más valiente se orine en los pantalones.

Aunque tenga la apariencia de una chica común, es todo lo contrario, bajo esa apariencia dulce existe un demonio que es imposible derrotar para seres de bajo rango, solamente existen dos personas capaces de hacerle frente a Lucy Kuroi, Mato.exe/Mato Kuroi Shooter y Jessica Mercer.

Lucy es una chica que no tolera muchas cosas, no es del todo paciente y tolera poco el fracaso, es una hábil guerrera, sabe cualquier tipo de estilo de combate mano a mano incluso con armas. Lucy llegó a la tierra, más en específico a Kuoh, Japón, donde empezó a destruir el lugar, matando a personas, lo que ella no sabía era que Mató vivía hay y se había casado con Jessica, así que ambas chicas pelearon contra ella, además de ellas dos un chico se unió a la pelea, siendo el último hijo del legendario caballero oscuro Sparda. Gaster Sparda, el sobreviviente de la masacre de su temple.

Cómo último desendiente de Sparda, Gaster es el único de su familia que sobrevivió a la masacre de su familia, hizo su vida y tubo un total de 34 hijos 24 hijas y 10 varones. Su clan volvía a estar vivo, además de ser un demonio también es un ángel ya que también es hijo del Dios bíblico, hasta el sol de hoy sigue con su trabajo de caza demonios.

Dicho eso nuestra historia comienza unos 2 años antes, más específico, el día en que Lucy llegó.

En el interior del castillo se podría ver a Lucy, la cual tenía en una de sus manos una copa con vino, su expresión era clara, estaba aburrida, aburrida de la misma rutina, pero en eso las puertas de la sala del trono serían abiertas, se vería una mujer de cabello negro, un cuerpo voluptuoso que dejaría con la boca abierta a cualquier hombre, además de eso también tenía orejas y 9 colas de zorro negro, esta persona era uno de los sirvientes de Lucy, Violeta.

Lucy: ¿Que sucede Violeta? No estoy de buenas para asuntos triviales.
Diría con con mirada sería mientras movía con su dedo el contenido de su copa.

Violeta: le ruego perdone mi intromisión, pero quería informarle que Nagisa.exe ha encontrado la precencia de Mato Kuroi en la tierra, al igual que Jessica Mercer, en realidad está junto a Mato.
Diría arrodillada.

Lucy al oír eso una sonrisa se dibujaría en su rostro y tomaría el contenido de su copa, dejaría la copa aún lado y se levantaría de su trono.

Lucy: dame las coordenadas, les haré una pequeña y gratificante "visita".
Diría aún sonriendo.
-----------------------------------------------------------

Mientras en la tierra.

Se podría ver a Mato quien tenía a su lado a Jessica, ambas estaban afuera de su casa, más específico en el Jardín, ambas pasaban un rato de calidad.

Mato: valla que al fin, luego de ese último ataque de demonios finalmente tenemos paz, ¿no te parece Jessi-chan?
Diría viendo a la mencionada.

Jessica: la verdad que sí, me alegra que las cosas estén tranquilas, sin ataques, sin tener que estar siempre atenta y sobre todo el silencio y la paz que da, pero me agrada también pasar tiempo contigo, Mato-chan.
Diría la chica con clara alegría.

Mato: digo lo mismo Jessi-chan.
Diría sonriendo y sujetando la mano de su amada. Pero en eso Mato pudo sentir la presencia de alguien que no había sentido ya hace mucho y al ver detrás de ella pudo ver a Lucy la cual estaba sentada en una de las sillas.

Lucy: hola Mato, Jessica, cuánto tiempo sin verlas.
Diría con un tono tranquilo.