Bajo la Tormenta

Guerrero (parte 2)

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Antes no eras tan... triste

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La remisión de Nicolas tardará un poco, le dicen. Aún no ha terminado su ciclo de quimioterapia y deberá someterse a revisiones periódicas para estar seguro. Nico está impaciente, anhela ser finalmente dado de alta, salir del hospital y comenzar una vida normal por una vez. Al menos, el dolor está desapareciendo lentamente, pero todavía se siente extremadamente cansado. Además, el doctor Moreira le ha dicho a su madre que probablemente necesitaría un terapeuta privado después de todo esto... y Nicolas se siente un poco incómodo con la idea. Ha hablado varias veces con la psicóloga que trabaja en el hospital y, sin embargo, no ha podido abrirse completamente con ella. Es complicado, no se siente lo suficientemente cómodo como para hablar de sus sentimientos. Sin embargo, el doctor Moreira ha decidido empezar a hacer preguntas y querer saber cómo está, pero parece más preocupado como persona que como médico. Y quizás eso sea peor para Nico.

—Es importante que mantengas una buena dieta. No solo por tu afección, sino que puede provocar otros problemas. Has subido de peso, pero todavía estoy preocupado.

—Lo sé... lo estoy intentando — dice, un poco tímido. Se siente regañado por algo que no puede controlar. Desearía poder comer más, pero las cosas no son fáciles.

—Deberías volver a la escuela, ahora que estás mejor — dice Moreira.

—No, ya perdí esos años. Trabajaré, mi familia todavía tiene deudas que pagar...

—No te fuerces, todavía tienes que descansar.

—Has dicho que puedo empezar a tener una vida normal.

—Sí, pero poco a poco. No puedes apresurar las cosas solo porque estás mejorando. Cualquier estrés o mal comportamiento puede provocar otras enfermedades. Es un momento importante para ti, Nicolas, debes tener cuidado y cuidar tu cuerpo.

—Okey...

—Pero también, mentalmente.

—Doc, tengo que irme. ¿Podemos dejarlo por hoy?

—Bien... pero por favor, considérelo — el doctor intenta convencerlo cada vez, pero Nicolas no escucha. —¿Vas a salir con mi hija?

—Sí... — dice Nicolas, con cuidado. —¿Hay algún problema con eso...?

—No mucho, pero... creo que es un poco pronto para ti.

—¿Qué quieres decir?

—No creo que estés listo.

Nicolas se ofende de inmediato. ¿No está listo para qué? ¿Estar enamorado? ¿Está insinuando que no puede experimentar una relación como cualquier otra persona? Quiere ser normal, salir sin preocuparse por la muerte. Quiere vivir un día sin citas y sin sesiones de quimioterapia. ¿Por qué todo el mundo lo juzga por estar con alguien?

—No digo esto como tu médico — vuelve a decir Moreira.

—No eres mi padre para decirme nada.

Realmente agradece el apoyo del médico durante todos estos años, pero eso es ir demasiado lejos. Se siente raro cada vez que un hombre adulto trata de cuidarlo, porque le recuerda a su padre ausente.