▎ 𝒅𝒚𝒏𝒂𝒔𝒕𝒚 ▎ chapter one . 𝗲𝗹𝗽𝘂𝗲𝗯𝗹𝗼𝗱𝗲𝗦𝗮𝗹𝗲𝗺 volume one ━ prisoner ( they set a fire we couldn't put out )
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━━━ 31 de Octubre, 1864
El pueblo de Salem siempre contaba con personasrondando en las calles, felices niños y adultos salían fuera de sus casas a decirse buen día entre ellos, a pasar la tarde y entrenar sus poderes. Siempre todos los ciudadanos se llevaron bien, los dos aquelarres de brujos que vivían en el lugar estaban en una tregua pacífica, aunque nunca habían estado en guerra.
Los Ebony y los Anakin, realmente no eran pacifistas si alguien los quería lastimar, pero habían llegado a un acuerdo para poder vivir en el mismo pueblo. Habían dividido a Salem por la mitad, mitad territorio Ebony y mitad territorio Anakin.
Este día, Salem tenía mucha gente en las calles, pero no por la razón usual.
Gritos llenaban los oídos de la adolescente menor del aquelarre Ebony. Personas corrían por las calles desesperadas, humo llenaba los pulmones de todos los presentes, debilitando su magia.
Tres personas se encontraban paradas en el medio del caos, mirando todo con una sonrisa de placer, dos hombres y una mujer. Los invasores.
La mayoría de los habitantes de Salem habían escuchado hablar de los invasores, poderosos brujos con la capacidad de masacrar aquelarres enteros con un solo parpadeo. Ya llevaban años yendo a todos los pueblos a borrar aquelarres de brujos, pero no se esperaban que lleguen a su hogar. Nadie sabía su propósito, que ganarían matando a todos los aquelarres.
Nadie lo sabía menos los Ebony, los Anakin y los propios invasores.
Pero eso no importaba, habían invadido Salem, su pueblo, y estaban quemando a todos. Tanto ancianos, como adultos, adolescentes, niños y hasta bebés.
Brujo por brujo. Todos a la hoguera.
No dejarían nada ni nadie.
Kalette se encontraba escondida detrás de las rejas de su jardín, o lo que quedaba de ellas. La madera blanca que las componía estaba destrozada, probablemente arrancada por algún brujo que intentaba escapar mientras se lo llevaban y apenas alcanzaba para esconder a la quinceañera.
Se había escondido allí por pedido de su madre, que antes que se la llevaran arrastrada le susurró que por favor se esconda allí y no salga por ninguna razón. Pero la pelirroja no pensaba quedarse quieta escondida como una cobarde mientras veía como su familia entera, su madre, era quemada en el ardiente fuego. Solo esperaba al momento correcto. El momento correcto para salir de su escondite, agarrar a su madre e irse muy lejos de allí.
