◇[Capítulo 2]◇

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Un Superhéroe, alguien cuyas habilidades superan a las de un héroe normal, generalmente con poderes sobrehumanos. Alguien quien vela por la paz y la seguridad de las personas, además de tener un gran sentido de la justicia.

Splendid cumplía con estás características, pero había algo por lo que era un héroe y no un superhéroe... y eso era.... que en la mayoría de las veces parecía que su cerebro era remplazado por una bellota y terminaba causando la muerte de las personas que se suponía el debía salvar.

La pobre Petunia tuvo la mala suerte de que Splendid tuviese ese retraso al momento de salvarla.

Splendid la había salvado de caer por un acantilado, pero en ese momento el peliazul recordó que se había dejado las magdalenas en el horno sin supervisión y dejó a la chica en el suelo rápidamente se fue volando a su casa en el bosque.
Lamentablemente no había controlado correctamente su fuerza por las prisas y la pobre Petunia terminó hecha pulpa en el suelo.

...

Ya en su casa bellota el peliazul lloraba desconsoladamente -¡¿Por qué el mundo es tan cruel?!- Sus preciosas magdalenas se habían quemado, estaban negras cual carbón.

-¡¡Me esforcé mucho haciendo la mezcla!!- Esas magdalenas iban a ser para el pobre peliverde al cual había confundido con uno de los gemelos ladrones la última vez.

Ese día ni siquiera había logrado atrapar a los gemelos Lifty y Shifty, esos bandidos nunca van a su casa al menos por una semana después de robar.

-Aaahh...- Splendid dejo escapar un suspiro de resignación -Supongo que tendré que hacerlo todo de nuevo- Aunque al peliazul le gustara cocinar no quitaba el hecho de que era un poco cansado.

Splendid comenzó a preparar por segunda vez sus deliciosas magdalenas.

Puso 3 huevos y 200g de azúcar en un recipiente y los batió bien por 2 minutos, luego de eso añadió ralladura de limón, 250g de leche y 250g de aceite de oliva y lo mezclo todo. Por último puso los 375g de harina tamizada junto con una cucharadita de levadura, lo mezclo todo por última vez y vertió la mezcla en los moldes de papel y espolvoreo la superficie con azúcar. Los introdujo en el horno precalentado a 200°C y bajo la temperatura a 180°C.

-Ahora solo tengo que esperar quince minutos para que este listo- El peliazul se alejó de la cocina, tomo un libro titulado "Las Espabilantes Aventuras De La Carmen y Sus Huevos Rotos" y se sentó en su sillón a leer mientras esperaba.

...

Quince minutos después Splendid se encontraba llorando por segunda vez en el día, afortunadamente esta vez no era por tristeza ni de frustración -¡Son! ¡Son hermosas!- El peliazul era la clase de persona que lloraba al hacer una magdalena muy bonita...

-¡Esto que es un buen primer regalo de compensación!- Splendid se encontraba satisfecho con su trabajo. Esas magdalenas eran su obra maestra.

Tomo una caja de regalo de color azul que había comprado para poner las magdalenas, en ella había suficiente espacio como para una docena de magdalenas.
Coloco ordenadamente las magdalenas en su interior y coloco la tapa.
Luego de eso puso un listón rojo en la parte media de la caja donde se cruzaban dos franjas rojas.

Pego con cinta adhesiva una carta en la que el peliazul había expresado sus más sinceras disculpas hacia Flippy.

Después de hacer eso Splendid giró la cabeza en dirección a una mesita de luz al lado de su sillón, ahí habían dos entradas a la feria que se llevaría a cabo en unos días.
Planeaba llevar al peliverde a un día repleto de diversión, las magdalenas eran sólo el plato de entrada.

◇ [¿Lo Que Siento Es Amor?] ◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora