«. »
—Cariño, si quieres hacer eso vete a supervivencia al desnudo.
—Chérie esta es nuestra supervivencia al desnudo.
Reí tapando mis ojos con mis manos gracias a que alguien había decidido salir del lago como Dios lo trajo al mundo como dirían en mi pueblo.
—Además, no hay nada que no hayas visto antes—grito poniéndose su ropa, sentí mi cara arder escuchando la risa del canadiense.
—No es gracioso, Charles Jeffrey—señale acomodando mi abrigo sin dejar de escuchar la melodiosa risa de Charlie.
—Me llamaste por mi nombre, debo dejar de reír—dijo sacudiendo su cabello en un intento de secarlo, asentí comenzando a sacar algo para comer sin dejar de mirar todo a mi alrededor.
Habíamos decidido tomar unos días de descanso en uno de los tantos bosques en Dieppe, dejamos a Madeline con los chicos ya que creíamos que era buena idea que pasaran tiempo con la pequeña, sobre todo la pareja Shada gracias a que en pocas semanas serían padres.
—¿No deberíamos estar preocupados por Madeline?—pregunté abrazándome de mi novio el cual sonrió antes de dejar un beso en mi frente haciéndome sentir sus fríos labios.
—Debe estar bien, tranquila.
—Esta en buenas manos, ¿No?
.
.
.
.
.
.
.—Deberían agradecer que había señal en ese bosque.
—Oh, claro que lo hacemos o si no ya estarían muertos—respondió Charlie mientras caminábamos por los pasillos del hospital.
—¿Como esta Carolynn?—pregunté mirando al rubio.
—Esta en labor de parto, creíamos que era falsa alarma pero al parecer no—murmuró guiándonos al cuarto donde debía estar mi pequeña hermana con Madison.
No volvimos a hablar hasta encontrar el cuarto, abrí la puerta viendo como estaba Madeline en la cama jugando con Madison la cual tenía un yeso en el pie.
—¡Mamá!
—Los dejamos un día, solo un día—gruñí antes de abrazar a la puertoriqueña peinando su cabello, tomé a la pequeña con cuidado sintiendo su pequeño cuerpo arder.