ꕥ 𝙳𝙾𝚂

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—Tres. —respondió sin rodeos al recostarse por la pared y cruzar sus brazos. Su comentario dejó soprendidos a los otros dos chicos y se creó un ambiente.

—Uhhh... —"no debí de sacar el tema" pensó Jisung. —El profesor Kim te odia, creo que ya es un hecho, pero no te preocupes Innie, te ayudaremos con el repercutorio.

—Ojalá le den bien duro para que no pueda venir por dos semanas a joderme la maldita existencia. —opinó Jeongin enojado.

—¿Qué acaba de decir, joven Yang?

Los chicos voltearon enseguida, encontrándose con el pelinegro profesor Kim Seungmin, Jeongin se congeló al verse intimidante y fría mirada puesta en él.

—Acompáñeme. —ordenó.

Jisung y Changbin miraron a Jeongin apiadándose de él. Jisung le deseó suerte y Changbin negó con la cabeza con una mueca.

—Ve y suerte, creo que la necesitarás. —susurró el pelimenta.

Jeongin tragó en seco y siguió al mayor. Cría que sabía dónde lo llevaba, a su despacho, y lo confirmó cuando ya estuvo dentro de el. Pegó un pequeño salto al escuchar como Kim cerraba fuerte la puerta.

—Siéntese -dictaminó el mayor.

Jeongin obedeció de inmediato, toda la impotencia y enojo que anteriormente había sentido se fueron. Ahora sentía vergüenza ¿Qué pensaría ahora Kim de él?
Lo que había dicho no era verdad, fue un incontrolable impulso y ahora seguramente pagaría por él. Jeongin sentía su próxima expulsión cerca, o reprobaría todo el año o algo mucho peor.

Kim se posicionó delante de él y se sentó, el escritorio los separaba sin embargo Jeongin sentía que estaban muy cerca, muy sólos.

—¿Podría repetir lo que dijo de mí, joven Yang?- le preguntó apoyándose con ambas manos sobre el escritorio. Sus hombros se ensancharon provocando que el traje negro que llevaba apretara sus músculos, marcándolos, incitando a tocarlos. Jeongin tragó fuerte, estaba muy nervioso. ¿Cómo podría explicarle lo inexplicable?

—Y-yo, señor...   Perdón. —fue lo único que pudo formular bajando la cabeza avergonzado y humillado, pero esta vez él sólo lo había asustado. "Aunque todo fue culpa del profesor" su inconciente habló "Sí Jeongin, llegó tu momento de aclarar todo esto" pensó el pelinaranja y volvió a alzar la cabeza, retándolo con la mirada, ya no dejaría que Kim lo humillase. —No … ¿Sabe qué? No me arrepiento de nada. Lo que dije usted lo escuchó muy bien, no me voy a retractar. Más bien el que se tenía que retractar aquí es usted.

—Interesante joven y dígame ¿Por qué me tendría que retractar?— desafió con un peligroso tono disfrazado de tranquilidad.

—Por haberme reprobado. Toda la clase aprobó la clase menos yo por su culpa, si usted no hubiese amenazado a básicamente  todo el curso, mis compañeros me abrían avisado de dicho examen el día que me expulsó de la clase y para su información, si estaba prestando atención. —"en sus labios más que nada" casi agregó.

—Ajá, prosigua. —Kim no se había inmutado en ningún momento y Jeongin estaba muy sacado de si, así que con gusto siguió con lo que hace meses venia aguantando.

—Yo hubiese estudiado si sabía del examen, así que ése tres que me puso fue por su culpa. ¡Usted me odia, admitálo! Siempre se las agarra conmigo y le encanta humillarme cada vez que tiene una oportunidad. Yo habré actuado mal hoy al decir ésas palabras, pero usted actúa muy infantilmente conmigo sólo por que me odia. —terminó de decir Jeongin satisfecho, por primera vez ante al joven maestro. Ambos no cortaron el contacto visual en ningún momento. Kim otra vez no mostraba ninguna expresión en su rostro, parecía un ser sin vida.

—¿Así que usted piensa que yo actuo infantilmente porque lo odio? —preguntó levantando una ceja.

—Sí, ¿Qué no me oyó?— contraatacó irónico Jeongin.

Y por todo el despacho se pudo oír la fuerte carcajada que soltó Seungmin.

—Te voy a decir algo Jeongin. —Y el nombrado se congeló al escuchar su nombre directamente. De la anterior risa ya no había ni rastro, Jeongin percibió algo oscuro en su mirada y por primera vez le tuvo miedo. —Esos comentarios,  como el que acabas de decirle a tus amigos sobre mí, los escucho siempre y los dejo pasar porque no me importan. Pero no puedo dejártelo pasar a ti. No porque te odie, al contrario.  —dijo Seungmin mirándolo a los ojos.

—No entiendo, ¿Puede ser más claro por favor? —preguntó desorientado.

—Ponte un rato en mi lugar, me siento ofendido, Jeongin. ¿Cómo podría ser que tú pienses que yo soy el que recibe, cuando aquí soy yo el que te quiere follar duro contra mi escritorio desde el primer día en que te dí clases?

Y a Jeongin le faltó el aire.

—¿P-perdón? —apenas se lo escuchó, pero Kim se había inclinado más hacia él, así que lo escuchó claramente.

— Escúchame bien Jeongin, te puedes ir ahora mismo porque todavía no le he puesto seguro a la puerta y fingir que aquí no ha pasado nada. —se inclinó incluso más. —Pero si te quedas unos segundos más voy a perder todo el autocontrol que aún me queda. —presionó con fuerza la madera de su escritorio, la que lo mantenía en pie. —Y te voy a follar bien duro y rico, mostrándote quien va a ser el que no pueda asistir por dos semanas a la institución. Elije, porque la erección que provocaste con tan sólo tu linda boquita ya me duele.

 Elije, porque la erección que provocaste con tan sólo tu linda boquita ya me duele

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