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La campana sonó anunciado el fin de las clases y él fue el primero en soltar un suspiro, atrayendo la mirada de alguno de sus alumnos quienes solo sonrieron con ternura. Seokjin se dejó caer sobre el asiento, cerrando sus ojos solo para escuchar como sus alumnos iban saliendo del aula y hacían alboroto. Él no odiaba tener la última clase del día, de hecho, siempre le había gustado, ya que, aunque sus alumnos solían estar más perezosos y cansados, él lograba mantenerlos atentos y animados, pero, en este día, después de haber ido a aquella fiesta él odió tener haber dado esa clase.

Abrió su mirada, encontrándose con el representante del salón caminar hacía su lugar. Jin parpadeó un par de veces antes de mejorar su postura y mantener una expresión fresca, o al menos lo que podía, para su alumno. 

— ¿Alguna duda, Soobin? — preguntó Seokjin con una voz tranquila y algo baja. El chico sonrío avergonzado, echando una rápida mirada al salón para ver como este ya estaba vacío. 

— No debería decirlo... pero, uh, olvidó pedir los ensayos — le recordó con un tono de voz lleno de vergüenza a lo que la mirada del mayor se abrió con sorpresa. Soobin notó como su profesor se levantaba solo para mirar el aula completamente vacía. No había ningún otra alma que no fuera la de ellos dos. Había olvidado pedir los ensayos por lo que la fecha para la entrega se atrasaría —. Lo siento... como representante debí haberlos tomado por usted, es solo que... hoy se ha notado cansado así que no quise agobiarlo. 

Seokjin le miró durante unos segundos, con una pequeña sonrisa dibujándose sobre sus labios. No estaba molesto, para nada molesto con su alumno, ni mucho menos con él mismo por haber cometido aquél error. 

 — Gracias por preocuparte por mí, honestamente no me siento del todo bien hoy — dijo con honestidad y la expresión del menor se llenó de asombro por la sinceridad ante él —. Gracias por recordarlo Soobin, deberías volver a casa con cuidado. 

 — Sí... usted también profesor Kim — respondió con un tono más alegre —. ¡Me aseguraré de recordarles a todos que lo traigan mañana! — dicho aquello, el menor dio unos pasos hacía atrás —. P-por favor vaya a casa y d-descanse, profesor Kim — se animó a decir, antes de darse la vuelta y salir corriendo del aula para dejarlo solo. 

Kim sonrío enternecido, agradeciendo mentalmente el tener buenos alumnos. Regresó su vista al frente con esa sonrisa desvaneciéndose, permitiendo descansar un poco en su lugar antes de comenzar a guardar su material e irse a su casa a descansar como había deseado desde que dejó aquella casa. Se estiró sobre su lugar y con pereza, se levantó de su asiento para comenzar a tomar el libro que ocupó, unas cuantas plumas y meterlo dentro del maletín sin cuidado. Al acabar con ello, agarró su maletín para abandonar el aula con pasos lentos. 

Avanzó por el pasillo mientras bostezaba y miraba como en otras aulas los alumnos hacían limpieza, recordando que, sus alumnos también se habían marchado sin limpiar, por lo que, lo regañarían por ello, a lo que él se lamentó. ¿Por qué estaba tan mal?, él no había bebido lo suficiente para olvidar y sentirse tan devastado. Solo habían sido pocos tragos. ¿Cómo eso había acabado con su conciencia y deberes? hizo un puchero y antes de poder dar la vuelta, sintió un brazo pasar por sus hombros, asustándole y causando que llevara su vista hacía su derecha, donde aquél sereno rostro se encontraba a unos centímetros suyos. 

— No llegaste al departamento — susurró lo suficientemente bajo solo para ser escuchado por él. El contrario le observó durante unos segundos antes de llevar su vista al frente — Te ves terrible. 

— No pienses mal — pidió por lo bajo, avanzando a la par del chico sin mucha energía —. Me siento aún mareado y adolorido. No sé porque me siento adolorido. 

conexión ; yoonjin.Where stories live. Discover now