¿Ella o yo?

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Tati

Han pasado tres días desde que el inepto de Williams se me acercó en la cafetería.

Cuando le conté a Nova sobre lo ocurrido le extrañó bastante, me dijo lo que ya sabía que parecía ser un niñato rico pero con modales, no tendremos la misma idea acerca de los modales creo yo, pero ella lo sabría de primera mano, ya que comparten alguna que otra clase.

Obviamente omití la parte en que me dijo que recurrió a mi para conquistarla, pensé que era un tipo de broma pesada y acabé mandandolo a la mierda.

Nova me saca un año, ella está en el último año de prepa mientras que yo sigo cursando el primero. Somos amigas desde los 12 años, su casa está solo a una cuadra de la mía; siendo vecinas se forjó aún más nuestra amistad. Recuerdo como si fuese ayer cuando se mudaron al vecindario, y me enamoré perdidamente de su hermano Robert. Ay, Robert Murray... Robert se robó varias de mis miradas y ocupó gran parte de mi mente en mi preadolescencia, eso desde luego. Él tiene mi edad, además de ser guapísimo, siempre fue muy atento, responsable y carismático, me ayudaba cuando me veía con las compras, se ocupaba de gestionar todo cuando sus padres no estaban, una vez hasta enfrentó a un niño 2 veces más grande que él por defenderme, era de esperar que incluso ahora siga algo pillada por él. Pero ese es otro tema aparte.

—No me lo esperaba, vamos juntos a química y biología y jamás vi una conducta así. Es muy centrado, más bien competitivo, ¿sabes? sus estudios siempre son lo primero—eso explica porqué se indignó cuando deduje que venía para que le ayudase por un trabajo, bueno técnicamente sí que vino por ayuda.—La verdad que con el resto sí que lo he visto con una actitud algo arrogante, pero conmigo siempre ha sido gentil.— eso sí que era peculiar, a lo mejor al snob sí le gustaba mi amiga.

Hoy era viernes y me tocaba quedarme en casa de Nova a dormir, siempre antes de los exámenes nos quedábamos en la casa de la otra para ayudarnos a estudiar, aunque al final siempre cedíamos ante clásicos como Titanic, Orgullo y Prejuicio y otras películas románticonas.  Estaba recogiendo mis cosas despidiéndome de Nova, que tenía que irse a una clase práctica de conducir. 

—No vayas a atropellar a nadie zanahoria— siempre la llamé así, cuando éramos pequeñas y nos enfadábamos yo la llamaba zanahoria (muy poco original teniendo en cuenta que es pelirroja) y ella a mi "duende gafotas" duende porque he sido enana de toda la vida, bueno enana y miope, aunque ya llevo lentillas la mayor parte del tiempo. Solo uso las gafas para ir a la escuela y cuando tengo mucha prisa.

—Vale duende. Te veo luego.— Me dió una de sus cálidas sonrisas y se fue.

Iba centrada mirando el tiempo que haría mañana, cuano de pronto tropiezo con algo, más bien alguien, levanté la mirada para disculparme, aunque no era mi culpa pero yo era así, me disculpaba hasta por respirar.

Me encontré con el rostro de Mason Davis, un chico de lo más pedante, que se piensa que es Keanu Reeves en sus primeros años de carrera cinematográfica. Y con razón, ya que físicamente no tiene nada de lo que quejarse, cada vez que forma su sonrisa ladina se le achican los ojos y se le marcan los hoyuelos en sus mejillas. Su pelo negro le llega por la parte superior de la nuca, no es ni largo ni corto y le favorece bastante. 

Lo que más llama la atención de Davis aparte de su amigable actitud sin duda es su estilo, siempre lleva marcas costosas pero predominaban prendas holgadas y urbanas en su forma de vestir, lo cual lo hacía lucir como un chico salido de una serie de los 90.

—No te disculpes... Me suenas de algo ¿eres Tati, verdad?— ¿cómo no? obvio que no se acordaría de que le hiciera los trabajos de un trimestre completo aún yendo a un curso superior que yo;