Noche de fiesta

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No podía dejar de pensar en lo que me iba poner esta noche, ya había hablado con Cepeda y venía a recogerme a las 22.00h. Mi tía acababa de llegar de su turno en el hospital y bajé para preguntarle si tendría algo más elegante que una sudadera y unos vaqueros:

-Hola tía Helen-. Al llegar al último escalón escuche los platos de la cocina, me dirigí hacia allí y supuse que Helen preparaba la cena.

-Hola Aitana, traje unos filetes para prepararlos con las patatas de ayer, en 20 minutos comemos- Luego cogió el aceite y lo echo en la sartén para que se calentara, yo cogí un cuchillo y comencé a cortar las verduras:

-Tengo un problema, resulta que ayer me invitaron a...- No había acabado de hablar cuando me interrumpió:

-A la fiesta de inicio de curso ¿no? Lo sé, suelen hacerla todos los años, irán muchos adolescentes así que tienes que ir guapa, en la parte de arriba hay un armario dónde guardo mis mejores prendas, igual se sirve algo- Me miró y sonrió al acabar la frase, asentí con agradecimiento devolviéndole una sonrisa y subí para ver si algo me convencía.

Abrí el armario y me sorprendí al ver que mi tía guardaba preciosos vestidos, uno me llamo realmente la atención; era de rayas con distintos colores y le acompañaba un cinturón con los mismos patrones, al instante supe que me quedaría bien. Fui corriendo a mi habitación, me cambié y efectivamente era de mi talla, decidí soltarme el pelo y me maquillé con una sombra oscura que me regaló mi madre en mi decimoquinto cumpleaños, añadí unos pendientes:

 Fui corriendo a mi habitación, me cambié y efectivamente era de mi talla, decidí soltarme el pelo y me maquillé con una sombra oscura que me regaló mi madre en mi decimoquinto cumpleaños, añadí unos pendientes:

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Bajé las escaleras con cuidado, al elegir unos zapatos de tacón me costaba más caminar; olía a que la cena ya estaba preparada y cada vez quedaba menos para que Cepeda timbrara a mi puerta, entré a la cocina:

-Dios, que guapa esta mi sobrina, no se si es el destino pero ese vestido me lo regaló tu madre una navidad, no lo llegué a estrenar - Cuando estaba a punto de decirle lo agradecida que estaba por lo que hacia por mi sonó el timbre:

-Tu chico ha llegado- Dice mi tía acercándose a la puerta, cogí mi bolso dónde guardé mi móvil y el DNI, preferí no llevar dinero por si luego me lo robaban así que iba bastante ligera. Helen abrió la puerta:

-Buenas tardes Cepeda, tráemela temprano anda...- Supuse que se conocían por que seguidamente se saludaron con un beso en cada mejilla.

-Buenas señora Helen, no se preocupe aquí estará-. Se sonrieron alegremente y entonces caminé hacia la puerta:

-Hola Cepeda- No sabía como reaccionar y le di dos besos similares a los de mi tía haciendo un momento bastante incómodo.

-Estás muy guapa- Me dijo él; me fijé y se le estaban sonrojando ligeramente las mejillas.

-Bueno, vámonos que llegaremos tarde-. Asintió, me despedí de mi tía y comenzamos a caminar. Según me dijeron por WhatsApp, la casa de Agoney estaba aproximadamente a 5 manzanas de mi casa así que nos llevaría alrededor de 15 minutos llegar.

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