CAPÍTULO 5: El hombre de negro

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Un nuevo día había llegado, un nuevo día en esta terrible ciudad gobernada por los caminantes en vida. Irati y Nagore seguían descansando en los soportales, cuando Irati oyó un suave crujido a sj espalda, tan bajo que no estaba segura si de haberlo oído realmente. Irati giro la cabeza con el entre ceja fruncido y despertó a su amiga con pequeños movimiento, esta se despertó.

-¿Que pasa...? - dijo bostezando

-Creo que no estamos solas...

Las dos se levantaron y comenzaron a mirar en todas las direcciones. Necesitan encontrar al equipo Bravo, Nagore por un momento pensó en Eder.

-Menos mal que no estas aquí... - dijo en un susurro casi inaudible para la otra joven.

¡Crac!

Permanecieron inmóviles cuando oyeron crujir algo cerca de ellas. Teresa contuvo la respiración y miro a su pequeña amiga, algo o alguien andaba cerca de ella algún zombi, seguramente.

No volvieron a oír ruido alguno, espero estuvieron seguras de que el agitado latir de sus corazones las delataria, porque sonaban tremendamente fuerte. Después de diez largos segundos, comenzaron a avanzar de nuevo lentamente por la calle principal justo debajo de los soportales. Ainize oyó lo que parecían unos pasos cerca de los soportales, unos pasos que iban tras ellas. Fueron corriendo hacia el aparcamiento de dicho lugar y se manteneron ocultas detrás de un coche.

Vieron a dos personas correr hacia los aparcamientos.

-¡Mira! - señalando -¿serán supervivientes? - dijo Nagore

-Vamos a averiguarlo

Se dirigieron hacia el mismo lugar que las dos siluetas que vieron corriendo hacia el aparcamiento.

-Por favor, por favor, por favor... - dijo Teresa

-Iros por favor... - dijo Ainize

Los pasos habían llegado a la entra del aparcamiento y ahora eran más lentos. Teresa y Ainize se esforzaron por contener las tibias lágrimas de rabia, estaban atrapadas. De repente en el lateral del coche se encontraron dos luces cegadoras que iluminaron el coche y fue acompañado por aterrorizado grito de Teresa y Ainize.

Se levantaron de golpe del escondite y echaron a correr, chillando y algún que otro insulto por parte de Ainize, con la esperanza de pasar de largo entre los dos extraños... Cuando una cálida mano agarro a Teresa con fuerza por el brazo, impidiendo dar un paso más. Ainize se detuvo en seco y apunto a los dos extraños con su arma, aunque Teresa intentaba deshacerse del agarre, pero el extraño era más fuerte...

-¡Sueltala! - dijo Ainize, pero el otro extraño se iba acercando hacia ella mientras que el otro retenía a Teresa.

-Tranquila, tranquila... No somos zombis. Por favor baje el arma - dijo Irati con las manos hacia arriba ya que la joven la seguía apuntando.

Era una mujer y su voz sonó casi tan frenética como el acelerado palpitar del corazón de Teresa.

-Tranquilas... No vamos ha haceros daño. Somos del equipo Bravo: Irati y Nagore. Estáis a salvo -dijo Nagore

-¿Espera, que as dicho? - dijo Teresa mirando a la mujer que la tenia agarrada por el brazo.

-Somos del comando Wild Wolves, para ser exactos del equipo Bravo: Nagore e Irati - dijo Irati

Nagore cogió su linterna y se enfocó a su rostro y luego a la de su compañera descubriendo a si sus caras. Las dos muchachas se fijaron y vieron que eran dos jóvenes, sus miradas eran dulces y llenas de preocupación. En un segundo Teresa dejo de forcejear y de intentar huir.

Dead City 083Donde viven las historias. Descúbrelo ahora