Cuentos Cortos

CloverHill

CloverHill, un pequeño pueblo religioso a las fueras Pennsylvania, donde todos sus habitantes vivían en paz con sus ideas y creencias; vivir en un pueblo pequeño tiene sus ventajas, conoces a todos y todos te conocen, no contamos con crímenes y eso de alguna forma mantiene en paz al pueblo, por otro lado no tienes aspiraciones o sueños fuera del pueblo...

—Chris Walls – escuché, sonreí inconscientemente, como lograron escuchar, mi nombre es Chris; alcé la mano saludando a Sam; Sam, era mi amiga desde que tengo memoria la hija del panadero del pueblo – ¿Veo que ya estas en tu último año, tienes alguna opción para estudiar después de la escuela?

—Mis padres quieren que sea aprendiz para sacerdote - dije tratando de reprimir una mueca, ella pareció fascinada con la idea

—Lo harás estupendo, sabes que es un privilegio aquí aspirar para sacerdote - dijo Sam, simplemente sonreí con cortesía

Revolvió mi cabello desordenándolo, hizo un mohín divertido para luego irse a paso tranquilo por la acera; tomé fuertemente mi mochila, dándome la vuelta y seguí rumbo a la escuela; pues sí, aquí lo más alto que un chico puede aspirar es a ser aspirante. Camine por un par de calles más hasta que divise la fachada azul, muy característica de la escuela "Pentiwylle", hice una mueca de aburrimiento, de alguna forma a veces la monotonía resultaba agobiante; algunos estudiantes estaban entrando a sus clases de forma tranquila, entre todos una resaltaba, rubia y bajita, esa era Carla, se acercó con una sonrisa en el rostro

—¿Otro día más aquí? – dijo con un tono claramente divertido, inconscientemente me fije en su vestimenta ¿Algún día el pueblo podría evitar ser tan monótono y predecible? Carla llevaba una falda negra larga hasta los tobillos y una camisa hasta el cuello, parecía una novicia excepto que no llevaba un habito

—Sabes que no puedo faltar, mi madre no permitiría aquello – comente con una mueca, Carla sonrió - ¿Crees que todo lo que hacemos aquí está bien? – pregunte de repente, Carla frunció el ceño – A lo que me refiero si has pensado alguna vez en salir del pueblo ¿No crees que tenemos ideas muy arcaicas? – ella solo alzo las cejas, para luego negar

—Tenemos todo lo que necesitamos aquí, no veo la razón de abandonar nuestras comodidades – sonreí forzosamente – Deja de pensar tonterías Chris que, si te escucha el padre Will, una regañada de las fuertes obtendrás – dijo entrando al salón de clases, tal vez tenía razón

¿Quién quisiera abandonar sus comodidades? Pero algo faltaba en mi vida, ¿Emoción y adrenalina tal vez?; de alguna manera estaba muriendo por dentro y eso era horrible

Lo que quedaba del día la pase con la mente perdida, aquella idea aún me rondaba la cabeza y si ¿Salía del pueblo algún día?, la campana sonó dando por finalizada las clases de hoy al salir de la escuela, me fije que a unas calles más algunas familias estaban fuera de sus casas viendo algo en particular, extrañado camine en dirección a casa y me sorprendí al ver a mi madre fuera de esta, con mi padre fuera del lugar, ella no solía salir mucho; algo estaba pasando

—¿Mamá? - pregunte extrañado en su dirección, ella volteo a verme y sonrió aliviada - ¿Qué pasa?

—Han encontrado a Sam - ¿Sam? ¿Se había perdido?, mi madre pareció ver mi cara de desconcierto - Esta muerta - y como si eso fuera suficiente sentí un aturdimiento, ¿Sam muerta?

—¿Co...mo? - logré articular, era imposible hace algunas horas la había visto como todos los días que iba a la escuela

—No se sabe bien lo que paso, pero la encontraron en un basurero cercano con múltiples apuñaladas - su madre temblaba al hablar y vaya que aquello era mala y muy malo; jamás se había escuchado sobre un asesinato en el pueblo y esto era hasta difícil de creer