🌼 𝐒𝐨𝐮𝐫 𝐂𝐚𝐧𝐝𝐲 ⌇ Yeongyu

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—¡Ese es mi peluche, dámelo!—Exclamo Beomgyu y se estiró para alcanzar su amado peluche de un pulpo

—¡No! El morado es mi color favorito, déjame jugar con él, tu puedes jugar con otro—Dijo poniéndose de puntillas para que Beomgyu no pueda agarrar el pulpo morado que tenía de peluche —¡Por favor!

El menor por solo un año negó con su cabeza —Tu puedes jugar con otro

—¡No quiero!

—¡Yo tampoco!

—¡No seas egoísta, Beomgyu!

—¡Tu no seas egoísta!

Yeonjun tiró el peluche por la ventana y calló en la carretera, seguido, Beomgyu corrió a la ventana, luego, Yeonjun hizo lo mismo

—Si no podíamos compartirlo, entonces ninguno lo tendría...—No pudo terminar pues un carro le había pasado por encima al peluche

—¡Te odio!—Gritó esto último y salió corriendo hasta abajo para ver en qué estado se encontraba su juguete favorito

Pasó corriendo por la sala con algunas lágrimas recorriendo sus mejillas, eso alertó a la Señora Choi y a su madre

El pequeño abrió la puerta como pudo, estaba desesperado, salió y se tiró a la carretera por su peluche. Su mamá salió acompañada de la Señora Choi y su hijo

—¡Beomgyu! ¡Ven que puede venir un carro!—Gritó su madre y el menor negó con la cabeza

—¡No!

—¿Por que no?—Preguntó Yeonjun de pronto

—¡No quiero estar cerca de ti!—Agarró a su pulpo con mucho cuidado para que no se le cayera el ojo que amenazaba con desprenderse —¡Ve lo que le hiciste al Sr Púlpito!

La Señora Choi solo veía la escena expectante, pues no sabía que decir.

—Hijo...—Dio un paso hacia la carretera para agarrar a su hijo y la Señora Choi la agarró del brazo evitando que avanzará, luego, le señalo el carro que se avecinaba a gran velocidad. Ambas quedaron inmóviles viendo aquel vehículo.

Yeonjun miró que las dos adultas no hacian nada, miró al carro y después a Beomgyu.

No iba a quedarse de brazos cruzados... Y actuó... Sin más.

—Yeonjun...—Dijo su madre en un hilo de voz

Yeonjun corrió a salvar a Beomgyu, al empujarlo ambos llegaron a la acera a salvo segundos antes que el carro pasara.

—¡Beomgyu!—Gritó y corrió a ver como estaba su hijo al igual que la Señora Choi

Ambos chicos habían pegado la cabeza de un poste y estaban sangrando

La mamá de Beomgyu se arrodilló a su lado y tomó en sus brazos el pequeño cuerpo de su hijo —¡Ll-Llama una ambulancia!

La Señora Choi llamó una ambulancia con sus manos temblorosas y ella no tardó en venir.

Las Señoras subieron junto a sus hijos y los llevaron al hospital más cercano, pues lo pequeños estaban graves.

—Hijo... Resiste...—Dijo la mamá de Beomgyu y tomó la pequeña mano de su hijo.

Al llegar operaron a los dos niños de emergencia. No tenían más que rasguños en todo su cuerpo, pero, todo el impacto lo habían recibido en la cabeza.

—¿Tu... Crees.. que...—La Señora Choi no se atrevió a terminar pues las lágrimas de su amiga no dejaban de salir

—Eso espero...—Dijo y limpió sus cristalinas lágrimas

Desde que eran pequeñas la mamá de Beomgyu siempre fue más sensible, mientras la Señora Choi sabia guardar un poco más la calma, por fuera, ya que por dentro solo quería llorar como una niña pequeña sin control. Se acercó a su amiga y la abrazo, luego, sacó su celular

—Ten...—Le ofreció su celular  —Debes avisarle a su padre.. yo lo haré después que tú termines—Le dió una calida sonrisa, después, la mamá de Beomgyu la abrazo y le susurró un "Gracias". Hizo la llamada y los Señores Choi llegaron minutos después.

Esperaron al rededor de una hora hasta que por fin tuvieron mínimo una respuesta de tantas preguntas que los estaban atormentado

—Familiares de Choi Yeonjun y...—Leyó algo en su libreta —Choi Beomgyu

—¡Aquí!—Dijeron al unísono y el doctor se acercó a ellos

—Deme una buena noticia por favor...—Suplicó la mamá de Beomgyu soltando algunas lágrimas las cuales segundos después fueron limpiadas por su esposo

—Ambos niños están bien, tienen dos puntos detrás de sus orejas y quizás compartan la misma cicatriz por el resto de su vida, pero, están a salvo.

Una cicatriz que los uniría para el resto de sus vidas...