Capítulo cinco

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     Arroz, verduras al vapor y trozos de carne

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     Arroz, verduras al vapor y trozos de carne. Mark mira su plato, suspirando. Tomó los palillos y cogió un algo de arroz, llevándolo a su boca y masticando lentamente. Johnny está hablando con sus padres, quisiera saber qué es, pero no está prestando mucha atención. Los palillos revuelven un poco su comida, apenas ve lo que toma y se lo lleva a la boca. Tenía hambre, sí, pero prefería dormir y no pasar tanta incomodidad. En el transcurso de la cena puede notar que Sunmi no es tan dura con su hijo, le habla con cariño e incluso cuando le regaña es dulce. Todo lo contrario, cuando se trataba de él.

     —¿No tienes hambre? —el señor Suh le pregunta susurrando. Está sentado justo a su lado.

     —No, no mucha... —sonríe de lado.

     —No tienes que comer si no quieres. O también puedo decirle a Johnny que te compre otra cosa.

     —Gracias, pero estoy bien, de verdad.

     —Y... Mark, ¿cierto? —el Omega desvía su atención del padre de Johnny cuando escucha ser nombrado y asiente hacia la Alfa, sentada en un extremo de la mesa. —¿Piensas seguir estudiando después de que el bebé nazca? —pregunta, apoyando sus codos en la mesa.

     —Creo que sí, espero poder hacerlo.

     —¿Alguna universidad en especial?

     —Aún no he pensado qué estudiar.

     —Te queda poco tiempo.

     —Mamá, no presiones.

     —Sí, Sunmi, deja al niño un rato.

     —No, está bien —niega sintiéndose cada vez más pequeño en su asiento—. Tiene razón, pero primero quiero acabar con mis estudios con buenas calificaciones.

     —Johnny me comentó que eres de los mejores —el padre del Alfa dice, sonriendo—. ¿Es eso verdad?

     Los ojos de Mark brillan un poco y una sensación cálida se instala en su pecho, ¿Johnny ha hablado de él con su papá?, ¿eso es bueno?

     —Eh, sí. Podría decirse que sí.

     —Diles que sí y ya —la mirada de todos en la mesa cae en Johnny, quien suena aburrido, y Mark cree romperse un poco. —Es el puto cerebro de la escuela, ¿bien?

     —¡John Suh! —Su padre golpea su brazo. —Eres un grosero.

     —No tanto así, pero sí, me gusta tener buenas calificaciones.

     —¿Para qué? —el Alfa lo mira, interesado.

     —Me hace sentir bien, creo.

     —Raro —susurra y recibe otro golpe.

     —Johnny también nos contó sobre tus padres betas, ¿no?

     —Sí. Los dos lo son.

Ven aquí, y ámame | JohnMarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora