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Su toque en la piel y la mirada de sus ojos sentados en un vendaje alrededor de su brazo eran consistentemente fríos y persistentes.

Deon miró mi brazo, que había sido expuesto por las mangas que habían caído, luego miró hacia atrás y me miró a los ojos.

"¿Es una mariposa venenosa?"

Parecía que estaba comprobando algo.

En el momento en que la voz suave penetró en el tímpano, mi corazón se aceleró.

Aunque sabía que no podía ser, me pregunté si había atrapado la mariposa que envié a la frontera occidental.

"Creo que escuché que un huevo aún no ha salido del cascarón".

Pero de nuevo, no parecía así. Sus palabras apuntaban a los huevos en el criadero.

Cuando no respondió, el agarre de la mano que estaba sobre el vendaje se hizo más fuerte. Sentí como si mis dedos penetraran en la piel debajo de la tela y abrieran la herida.

Este cabrón pervertido.

Sin embargo, no tenía la intención de hacer que Deon fuera satisfactorio haciendo un lugar doloroso aquí.

No quería ver la mirada desafortunada de una sonrisa joven y helada en la cara seria que estoy enfrentando en este momento.

Fue algo bueno hoy que no estoy del lado de expresar bien mis emociones en mi cara.

"Déjalo ir."

Grité con una voz que excluía mis emociones tanto como fuera posible, luego aparté mi brazo de él.

Deon quitó su mano de mi brazo con más facilidad de lo que pensaba, como si hubiera sanado mis heridas con su toque persistente.

Sentí como si me estuvieran mirando allí, así que me sentí mal.

"¿Cuando viniste? No he podido verlo por un tiempo debido a la misión ".

Fue agradable no tener que mirarte a la cara mientras tanto

Deon respondió brevemente a mi pregunta, ocultando su corazón.

"En unas horas".

"Entonces tengo que ir a saludar a mi padre".

Por supuesto, incluso si conoces mi corazón, Deon no cambiará tu rostro. Porque es ese tipo de persona.

"Dices que Cassis Fedelian se ha convertido en tu juguete".

Las silenciosas miradas de mi ininteligible mirada miraron a mis espaldas.

Era una expresión que no podía leer de adentro hacia afuera como si fuera un apagón denso. Era difícil averiguar si lo que decía ahora tenía sentido o no.

Deon siempre lo hizo.

Siempre tenía frío y, para él, no se sentía humano.

Entonces, cuando era niño, solía preguntarme si había algo en este mundo que pudiera sacarle emociones.

"La noticia es rápida para alguien que regresó hace un tiempo".

Cuando puse a Deon frente a mis ojos así, apareció una inevitable desgana fisiológica.

"Estoy seguro de que mi juguete es famoso".

"Es solo tu trabajo y estás interesado".

Cerré la boca ante las palabras que me llegaron por sorpresa.