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El halcón resopló, mientras él se giraba hacia mi.

"¿No deberías estar recostada?"

Una voz baja  se superpuso en el aire frío del invierno. Pero la mirada que me dio el dueño de esa voz no fue más fría de lo que pensaba.

Traté   de decir algo, pero lo primero que hice fue que mirar a Cassis, que se estaba acercando.

"¿Adónde vamos ahora? ¿Dónde estamos? " 

Cassis respondió, sin tener intención de ocultármelo "El lugar donde me detuve ahora es Frederika. Si te mueves medio día así, estarás completamente fuera de la meseta ".

Después de escuchar lo que dijo, pude saber con certeza dónde está este lugar ahora.
En una palabra, se dijo que el lugar al que se dirige este escuadrón es Fedelian.
Por supuesto, era lo que esperaba de cuando estaba en el vagón, pero después de comprobarlo yo mismo, no tuve más remedio que reír.

Pregunté fríamente a Cassis. "¿Entonces soy un prisionero o un botín?"

Agriche en llamas.
Land arruinado.

Incluso en medio de recuerdos confusos, la escena era tan clara como si estuviera grabada en mis ojos.

Fue este hombre quien lo hizo de esa manera, y fui yo quien le abrió la puerta a Agriche. Ese hecho fue inolvidable como si no se me permitiera olvidar.

Ahora bien, no hubo una queja particular al respecto. Sabía de antemano que el día de la reconciliación, tal vez Cassis podría aparecer en un puesto oficial, y luego supuse que sería el momento en que el Fedelian le arrancara la espada a Agriche.

Es por eso que yo también me atrapé deliberadamente en ese entonces. Usar la mano de Fedelian para destruir completamente a Agriche. Al ver que la gente de Fedelian, incluido Cassis, se movía en un número tan grande, quedó claro que el trabajo se había llevado a cabo según lo planeado.

Sin embargo, el hecho de que Cassis estuviera frente a mí como ahora no estaba en el plan.
En el último día de Agriche, tenía pensando irme sola.

"¿Con qué propósito me trajiste aquí?" Cassis me miró en silencio durante un rato.

No era una simple mirada superficial la que tenía al mirarme a la cara. 

Después de un tiempo, una especie de sensación de debilidad pasó por su rostro. Sin embargo, fue un evento muy momentáneo, por lo que no pude averiguar qué era.

Al momento siguiente, Cassis levantó el brazo y me alcanzó.

En el momento en el que la calidez de sus manos  tocaron mi piel fría, tuve que parpadear.

Como si no me conociera, la mano de Cassis frotó mi frente y recorrió mi mejilla. Sin planearlo, mi rostro se puso rígido por el suave toque que parecía realizar.

"La fiebre está subiendo de nuevo". Sentí que la gente a mi alrededor miraba a Cassis en silencio. Solo Cassis tenía un rostro tranquilo.

Pronto su mano fue retirada de mi cara. "Isidor, hoy vamos a construir aquí un cuartel".

"Sí, me prepararé". A las palabras de Cassis, el hombre que estaba detrás de él respondió. La mirada de Cassis se volvió hacia mí de nuevo.

"¿Ni siquiera sabes que hace frío? Ve adentro ". Hubiera sido mejor si hubiera hablado de una manera que pareciera regañar o ser patética. 

"Aún no cuidas tu cuerpo".

Sin embargo, la emoción reflejada en el rostro de Cassis mirándome estaba lejos de eso. Así que en el momento en que lo vi, tuve que cerrar la boca con firmeza. Cassis luego se quitó la capa y la envolvió alrededor de mi cuerpo.