Estaba muy emocionada, dentro de dos días me iría a Londres de vacaciones con mi mejor amiga. Llevaba mucho tiempo esperando ese viaje y por fin había llegado. Parecía ayer cuando empezaba mi cuenta atrás y decía: quedan 4 meses, 10 días y una tarde para irme.
Los dos días siguientes fueron agobiantes. Las horas, los minutos, hasta los segundos pasaban despacio.
Ya tenía preparadas las cosas que iba a llevar y no podía parar de pensar en todo lo que íbamos a hacer y lo bien que lo pasaríamos.
De repente sonó el despertador, me levanté de golpe y caminé hacia la puerta de mi habitación, me paré delante de ella y sonreí, había llegado el día. Me vestí corriendo, desayuné y cogí mis maletas. Mis padres me llevaron en coche al lugar donde había quedado con mi amiga. Ella llegó puntual y por fin nos fuimos al aeropuerto.
Tras un tiempo que me pareció eterno oí a las azafatas llamar por megafonía a los pasajeros de nuestro vuelo. Nos despedimos de mis padres tras un sermón por parte de mi madre que terminó como de costumbre.. –Mamá, por favor, tenemos 17 años – Por eso mismo te lo digo! – Yo como siempre asentí con resignación, cogí las maletas y empecé a caminar –Pasadlo bien– dijo mi padre. Entramos en una sala donde la azafata nos miró el billete y el pasaporte. Había mucha gente así que corrimos con nuestras maletas para poder entrar de las primeras al avión y así fue.
Esa mañana me había levantado muy pronto y estaba muy cansada por lo que nada más entrar busqué rápidamente nuestros asientos, coloqué mis maletas y me senté junto a la ventanilla. Estuve mirando un rato por ella pero de pronto note como mis ojos se iban cerrando y sin darme cuenta me dormí profundamente.
Note como el ruido se introducía por mis oídos, un montón de gente hablando a mi alrededor. No tardé mucho tiempo en despertarme por completo de mi sueño y comprobar que en el avión había aterrizado y los pasajeros estaban bajando.
Miré a mi amiga que también se había quedado dormida y la desperté bruscamente –Hey Ann despierta, hemos llegado – ¿Qué pasa..?– Dijo ella todavía adormecida. –Hemos llegado!!– Abrió los ojos como platos y se levantó para coger las maletas, yo también salí rápidamente al pasillo del avión y comenzamos a bajar por las escalerillas a la pista. Caminamos en fila por una línea amarilla hasta que llegamos al edificio principal. Mi amiga estaba feliz, miraba todo a su alrededor con una sonrisa, pero yo, yo sentía que algo no iba bien, había ido varias veces a Londres y no recordaba lo que estaba viendo...
Mire por todos los sitios para comprobar lo que estaba pensando aunque no me gustara en absoluto y... lo encontré.
–Ann, esto no es Londres, nos hemos equivocado de avión... –La cara de mi amiga se tornó seria y me miró. –Y ahora que hacemos?– Empezamos a caminar hacia un punto de información y nos dijeron que había vuelos a Londres una vez por semana. Nos miramos aterradas, íbamos a estar una semana en ese sitio que no conocíamos, no teníamos donde quedarnos y, como no todas las desgracias vienen solas, era de noche y no nos podíamos quedar en el aeropuerto.
Salimos de allí y nos dirigimos a una estación de tren que estaba justo enfrente. Miramos el panel donde estaban los horarios de salida, solo había un par de trenes parados en las vías que saldrían en 5 minutos, no sabíamos a donde se dirigían pero la estación estaba desierta y no tenía muy buen aspecto así que nos montamos en uno de los trenes. De pronto se cerraron las puertas y el vehículo comenzó a moverse lentamente. Cogí a mi amiga de la mano y nos sentamos en dos de los muchos asientos libres. Lo último que recuerdo es una voz que decía:
Próxima estación, Doncaster.
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"L"
FanfictionNo sé si fue el destino o una simple casualidad, solo sé que ese viaje fue el mejor de mi vida.