| Prólogo |

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—Puedes tomar más sábanas, están en el armario.—informó el hombre desde la puerta, le apenaba ver a la chiquilla en aquella situación, más no sabía qué hacer.

—Gracias...—dijo bajito, con apenas un hilo de voz, parecía cansada, tenía los hombros caídos y el cabello desordenado.

—Lamento que no puedas quedarte en casa de All Might, pero por el momento es lo más seguro que podemos ofrecerte.—musitó Endeavor, cruzó sus brazos y la miró desde su imponente altura.

—No, está bien...—le aseguró tras mirarlo breves segundos.—me siento más segura contigo.

Enji no supo qué decir, aquello lo había descolocado por completo, jamás había escuchado esas palabras, ni viniendo de sus propios hijos. Se limitó a asentir y marcharse de la habitación, otorgando la poca privacidad que la pequeña casa podía brindarles. Caminó hasta la sala y tomó asiento en uno de los sillones, estaba pensativo, se había involucrado en una situación enredada, sin pies ni cabeza, y todo por una cría que ni conocía.

«Cada día soy más blando...», pensó, recordando las mismas palabras que All For One le había dicho en la batalla. Frunció el ceño y cerró los ojos, tratando de apasiguar las voces de su mente que amenazaban con sacarlo de sus casillas.«No será mucho, tan solo dos meses...»

Dentro de la habitación, Yue permanecía donde mismo, mirando sus manos, temblando aún, no podía descansar, pues seguía en estado de shock, hacía tan solo una semana se encontraba bajo los "cuidados" del mayor villano de todos los tiempos, y ahora los héroes la tenían protegida, incluso habían mandado al héroe #2 para su seguridad.

«Aunque esté con los buenos, sigo siendo un objeto...»pensó irremediablemente, desde siempre la habían usado y manipulado para bienes propios, o al menos ella lo recordaba así. El frío se coló por entre las cortinas, haciéndola temblar, se sentía sola, vulnerable, perdida.«Mínimo con ellos sabía lo que me tocaba hacer, ¿Y ahora?»

Abrió la puerta en silencio y se despojó del collar que ella misma había pedido, era negro con un dije de la luna menguante, pues se había acostumbrado al que le hacía usar por su "seguridad" cuando era conejillo de indias de All For One, a diferencia de que ese no era lindo, mucho menos cómodo, tenía el interior tapizado de pinchos, y con el le daban descargas eléctricas, el que tenía ahora era más "amigable". Sin pensarlo mucho usó su Quirk felino, convirtiéndose en un pequeño gato negro de ojos celestes, salió de entre su ropa, pues ahora era aún más pequeña.

Salió en silencio, sintiendo la casa enorme, debido a su compacto tamaño, fue hasta Enji, quien permanecía en la misma posición, con los brazos cruzados y los ojos cerrados. Saltó al sillón y sin hacer ruido se acurrucó a su lado, disfrutando del calor que emanaba.

«Ninguna cobija de todo del mundo es tan calientita...»pensó antes de quedarse dormida.

[...]

El pelirrojo despertó tras algunas horas de dormir, se quejó en silencio de su cuello, pues no acostumbraba a dormir en aquel lugar, o siquiera aquella posición, se limitó a suspirar, no podía exigirle la única cama a Yue. Un ligero ronroneo a su lado lo sacó de sus pensamientos, notando que había un pequeño bulto negro hecho bolita. «Ha usado su Quirk...», se sorprendió, pues desde que la había visto esa era la primera vez que volvía a usar sus poderes, «Creí que solo podía transformarse en felinos grandes»

Miró el reloj por sobre la pared, marcaba las 8:40, y se debatió sobre si moverse, arriesgando a despertarla, o quedarse ahí, aunque fuese hora de comer. Optó por la primera, pues ya de por sí estaba débil por los "cuidados", si es que así se le podían llamar, que le había dado All For One.

—Yue—la llamó sin mucha suavidad, haciendo que la pequeña gatita despertase asustada, casi como dispuesta a atacar, finalmente posó sus enormes ojos en él, respirando tranquila.—, es hora de cenar, ve a vestirte.

Obediente fué hasta la habitación, dónde volvió a su forma humana, se vistió con lo mismo de antes, unos pants negros y sudadera, ambos negros, se colocó sus calcetines de pollitos y finalmente el collar, una vez lista fue hasta la cocina, donde Endeavor se encontraba sirviendo cereal en dos cuencos.

—Perdona que no cocine algo más.—se disculpó después de ponerle la cena frente a ella, tomó asiento y comenzó a comer.

—No te preocupes, son mis favoritos.—le informó la menor con una pequeña sonrisa.

Ambos se concentraron en sus platos, degustando el cereal y la compañía.

—Has usado tu Quirk—comentó tras unos minutos sumidos en silencio.—, ¿Estás bien?

Yue bajó la vista antes de responder.—S-Sí, es solo que me da miedo estar sola.—Enji posó su mirada en ella, animándole a hablar.—Siento que volverán por mi, aunque es obvio que lo harán, de no ser así, tu no estarías cuidándome.

—Solo somos precavidos.—musitó.—De cualquier forma, estarás bien, yo te cuido aquí, y hay más héroes cuidándote por fuera.

—Lo sé, gracias...—murmuró poco convencida, llevó uno de sus mechones negros tras su oreja y suspiró.—Si quieres puedes dormir en la cama, yo puedo dormir como gato, así no ocuparé demasiado espacio.

—No creo que sea prudente usar tu Quirk tanto tiempo.—aseguró tras terminar su plato, se quedó observando como la menor continuaba cenando.—Puedes dormir sola, estarás bien.

Ninguno digo más, y tras terminar cada quien se fue a sus respectivos lugares, Yue se acostó sobre la cama, sin ánimos de apagar el foco o dormir, no podía bajar la guardia, pues conocía de sobra a la liga de villanos y al All For One, en cualquier momento podían venir con ella, y estaba segura de que si eso pasaba, esta vez sí la matarían. Se quedó mirando por la ventana, afuera llovía, pese a que la casa estaba ubicada prácticamente en el bosque, podía visualizar las luces del pequeño pueblo aledaño.«¿Qué habrá sido de mi familia?», se preguntó mientras recogía sus piernas y las abrazaba.«Justo ahora mi hermano estaría entrando a la universidad...»

Ahogó un sollozo, pues era un tema que le dolía, pensar en el hubiera la ponía mal, sin embargo eran las fantasías que más recurrían en su cabeza,. constantemente imaginaba cómo hubiese sido su vida si todo aquello nunca hubiera pasado.

«Papá habría tenido su ascenso...y me hubiera comprado la muñeca que tanto quería», pensó, una sonrisa triste se dibujó en su rostro.«, mamá de seguro habría aprendido a hacer bien la tarta de fresas y Hiro...», las lágrimas comenzaron a bajar sin pena alguna, terminando por impactar en el colchón, sus hombros se sacudieron bruscamente mientras sollozaba bajo.«, Hiro estaría estudiando enfermería, como siempre quiso...»

Enji estaba frío, seguía sentado, podía escuchar el llanto de la menor, y a pesar de su carácter se le rompió el corazón, se sintió culpable, pues él más de una vez había sido causante del llanto de sus hijos, y el escuchar a Yue sollozar de aquella manera lo quebró, se puso de pie por mero impulso y fue hasta la habitación, entró sin preguntar y la encontró ahí, al borde de la cama, sentada en el suelo, cubriendo su rostro, se hincó frente suyo y la abrazó, ocultándola en si pecho, apresandola con sus enormes brazos, tratando de brindarle la seguridad que otros le habían quitado. Yue lloró más, se abrazó de el mayor y respiró hondo, tratando de calmarse.

—Ya todo está bien, yo estoy aquí...

My Hero #1 (Endeavor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora