Capítulo V

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Enji la había encontrado después de cuarenta minutos de búsqueda, se había estado escondiendo en un hueco dentro de uno de los pinos, intentando entrar en calor, pero el frío la había sobrepasado, sentía su cuerpo entumecido, como si al estirar una sola garra se quebraría. Él la llevaba entre sus brazos, acercándola a su pecho mientras desprendía calor haciendo uso de su quirk, estaba asustado, se maldijo a sí mismo haber provocado aquella situación, y tan solo se limitó a correr con dirección al hogar.

—No te duermas, Yue...—le pidió, su voz falló, le había temblando al pronunciar las palabras, comenzaba a realmente preocuparse, pues la menor no respondía, a duras penas podía mantener los ojos abiertos.

«—No puedo usar mi Quirk...—pensó sin saber qué hacer.—Estoy alterado, y no sé cuánto calor pueda resistir...—»

—Resiste, pequeña, ya casi estamos en casa...—la apegó más contra si mismo y corrió a toda velocidad, su corazón latía a mil por hora, y sentía que en cualquier segundo lo abandonaría.

Sintió el alma regresar a su cuerpo cuando visualizó la puerta, no tomó reparos al entrar de golpe, aflojando los tornillos a su paso, poco le importó, y simplemente se adentró en la habitación, la colocó sobre la cama con sumo cuidado y la cubrió con las sábanas, Yue se destransformó al instante, apareciendo en su forma humana, estaba pálida como tiza, y sus labios mostraban un color púrpura alarmante.

—T-Te-Tengo frío...—dijo acurrucándose más mientras sus dientes castañeaban, se encogió sobre si misma y jadeó, jamás había sentido temperaturas tan bajas.

—Tranquila, no dejaré que te pase nada.—le aseguró, tomó los dos edredones extras que guardaba en el armario y la cubrió.—Pronto entrarás en calor...

Sin pensarlo se adentró bajo las cobijas y la arrastró contra su pecho, escondiendola entre sus enormes brazos, proporcionándole una tibia sensación, Yue suspiró y adentró aún más su rostro, sintiendo como de a poco su cuerpo se estabilizaba.

Ambos permanecían en silencio, sin ánimos de decir nada, tan solo permanecieron en la penumbra, abrazados, queriendo quedarse así toda la vida.

—Lamento haberme ido así...—murmuró ella, rompiendo finalmente el silencio, no alcanzó a mirarlo, pues temía ver la misma molestia de All For One en los zafiros del pelirrojo.

—No fue tu culpa, no debí entrometerme.—se disculpó el mayor, acompañado de un suspiro, cerró los ojos y la acercó un poco más.—M-Me has dado un gran susto, no podía encontrarte.—admitió avergonzado.

Seguramente sus hijos, en especial Shoto, estarían más que celosos al ver el trato que le proporcionaba a la menor, aunque qué remedio, él disfrutaba de ella, y sentía la gran necesidad de protejerla, después de todo era su pequeña gatita herida.

Tras largos minutos en total silencio, Yue habló.—Estaba avergonzada, no debí haber dicho eso, lo lamento.

Enji lo pensó por varios segundos, notando el origen del problema, se le había confesado después de entregarse a él, de compartir algo tan íntimo, que aunque fue empujado por el celo, no quitaba lo especial que había sido para ambos, y él...él solo la había besado, como si sus palabras valieran tan poco, como si los sentimientos de la menor no le importaran en lo absoluto, como si solo la hubiera usado...«—Soy un imbécil, ¡Claro que iba a huir de mí!—se recriminó molesto.»

—Yue—la llamó con suavidad, acarició su cabello con devoción, y tomó valor para hablar.—, lamento mucho haberte hecho sentir mal, no es que no me gustes...—agregó, su enorme mano deparó en la barbilla de ella, y la alzó con sutileza para poder mirarse.—, pero sabes que es...complicado, tu no me conoces, y yo soy el héroe responsable de tu bienestar...

Yue asintió, más dolida que antes, pero aceptando que era la verdad.«—¿Qué esperaba realmente?—se cuestionó volviendo a ocultar la mirada.—¿De verdad esperaba que él me correspondiera?¿Que dijera "¡Oh!, Sí, a mi también me gustas muchísimo, te amo, quédate conmigo"? Eso jamás pasará, despierta, ilusa, solo eres una cría más, debe tener toda una lista de mujeres hermosas tras de él, ¿De verdad crees que eres alguien comparada al resto?»

No dijeron nada más, pues en realidad no había mucho que decir, y preferían el silencio antes que perpetuar la falsa calma que los había invadido, Yue no necesitaba más calor del héroe, pero no se atrevió a pedirle que se alejase, y Enji no quería irse, se sintió egoísta, pues sabía que no le hacía bien.

[...]

Enji se encontraba en el pórtico, con su celular en mano, atendiendo la llamada de All Might muy a su pesar, escuchando atentamente todo lo que el rubio le decía.

—Nezu cree que ya es seguro traerla.—musitó sin más, el pelirrojo no supo por qué aquellas simples palabras lo incomodaron tanto, más no le dió importancia.—Le aconsejaron que entre más rápido aprendiera a defenderse por si sola, serían menores las posibilidades de ser capturada de nuevo.

—¿La meterán a curso de héroes?—cuestionó más exaltado de lo que hubiese querido, tomó el puente de su nariz y suspiró, cansado.—Solo lleva un mes desde que la sacamos de esa mierda, ¿De verdad creen que es prudente?

—Tampoco me agrada la idea—comentó el símbolo de la paz.—, pero tiene razón, es mejor que sepa defenderse por si sola, así aseguraremos su bienestar.

Enji no dijo nada más, no había mucho que decir después de todo, por más que la idea le pareciera estúpida no podía decidir sobre el roedor.

—Estarán cuatro días más, después tendrán que volver.—explicó Toshinori antes de despedirse y colgar.

El mayor bufó claramente molesto, se sentó sobre las escaleras y apretó el móvil, no sabía la razón exacta de su molestia, no alcanzaba a comprender si era por la idea tan apresurada, o por el hecho de ya no poder convivir día a día con ella.

—¿Entraré al curso de héroes?—preguntó Yue, asomándose por detrás, con infantil ilusión.

—Sí, Nezu te tiene un lugar especial.

—Siempre soñé con convertirme en heroe, estudiar en la UA me hace ilusión.—comentó mirando el paisaje, pequeños copos caían desde el cielo con calma.

—Bueno, tu sueño se hará realidad.—comentó ocultando su irritación.—Hasta vivirás ahí.

—¿Vivir ahí?¿Sola?—preguntó dudosa, rascó su brazo mientas la ansiedad comenzaba a invadirla. Enji asintió.—No quiero vivir sola, te lo dije, contigo me siento segura, sin ti no sé que haré.

El pelirrojo sonrió, aquellas simples palabras habían cambiado su ánimo en un dos por tres, se sintió tranquilo al saber que ella aún lo quería en su vida, pues no pretendía irse en mucho tiempo.

My Hero #1 (Endeavor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora