Inazuma Eleven x Reader (One shots)

Akio Fudou - El dormitorio

Tú y Sakuma habían recibido una llamada por parte del entrenador Hibiki para que fueran a la secundaria Raimon, les pareció extraño que solo los llamaran a ustedes y sin explicarles por qué. A pesar de eso, te aliviaba bastante el que no tendrías que ir sola a otra escuela y tenías la suerte de que tus mejores amigos fueran el peliblanco y Genda, así que era aún mejor. A diferencia de los demás que estaban entretenidos saludándose entre ellos, tú notaste a lo lejos la presencia de cierto chico problemático.

Volteaste a verlo y agitaste tu mano saludándolo sonriente, levanto las cejas y abrió ligeramente la boca al mirarte, seguidamente volteó hacia el piso con una expresión neutral en su rostro. A pesar de que te juntabas con Genda y Sakuma, tenías casi el mismo horario que el de ojos grisáceos, así que solías hablar con él de vez en cuando, en especial porque su asiento estaba al lado del tuyo.

Todos voltearon hacia el entrenador cuando este abrió la puerta, en ese momento Fudou aprovecho para patear el balón hacia Kido, quien a pesar de estar desprevenido se dio cuenta y logró devolverlo.
—¡¿Por qué hiciste eso?! —preguntó Kido alterado ante la conducta del otro.
—No te enojes, solo quería saludarlos —comentó burlón—. Tienen un pésimo sentido del humor.
—Entrenador Hibiki, ¿usted llamo a ese sujeto? —habló Sakuma.
—Problemático como siempre —dijiste calmada haciendo sonreír maliciosamente al de ojos grises, quien en vez de sentirse ofendido por tu comentario parecía más bien halagado.
—¿Tú sabias que vendría? —te preguntó el peliblanco incrédulo.
—Ah, sí, de hecho le pregunte si vendría con nosotros, pero dijo que no —pusiste tu mano en tu nuca, algo apenada por la situación—. Lo siento, creí que ya sabias.
—Oye no tienes por qué disculparte con alguien como él —mencionó Fudou, continuando su provocación.
—¡¿Qué dijiste?! —Sakuma apretó los puños y Kido lo tomó del brazo.

El entrenador interrumpió antes de que la situación empeorara y comenzó a explicarles que estaban ahí por el torneo de fútbol frontera internacional. Sakuma notó que Fudou te observaba, frunció el ceño y lo miró de reojo mientras te jalaba despacio, haciéndote quedar frente a él para taparle la vista hacia ti. Kido se dio cuenta de lo que hacía y teniendo los brazos cruzados, en su cara apareció una sonrisa pequeña, mientras que el de la cresta entrecerraba los ojos.

Informaron que harían un partido de practica dividiendo a todos los presentes en dos equipos y de los veintidós solo elegirían a dieciséis, aparte de esto los jugadores solo tenían permitido usar técnicas individuales, pero eso no te preocupaba ya que tenías varias. Luego de dos días, al momento de llegar a la cancha te sorprendiste al ver que llegaba mucha gente, aunque te lo imaginabas, tomando en cuenta que se haría la selección de jugadores. A la hora de la división te tocó estar en el mismo equipo de Fudou y Kido, cosa que te pareció genial porque te daba apoyo emocional, sin contar claro, el hecho de que se llevaran tan mal.

El partido comenzó y debido a tu grandiosa habilidad de poder jugar en varias posiciones, te habían puesto de mediocampista. Durante el juego hiciste dos tiros especiales diferentes, una técnica para robar el balón y otra para quitarle potencia a un tiro y que Tachimukai pudiera detenerlo con más facilidad. Demostraste ser muy eficaz, sabias aprovechar las técnicas que usabas de delantera o defensa en tu posición actual. Al final los formaron en una fila y cuando anunciaron a los integrantes de Inazuma Japón mencionaron tu nombre.
—¡Si quede! —dijiste contenta aplaudiendo rápidamente sin despegar la base de tus dos manos.
—¿No era obvio? —dijo Fudou con los ojos cerrados al lado de ti, alagándote a su manera.
—Sabía que tú también quedarías, eres muy bueno.
—Sí, lo soy —contesto orgulloso, pero apreciando tu respuesta.
—Te deseo mucha suerte —escuchaste al peliblanco decirle a Kido y volteó hacia ti—. A ti también (tn).
—Sakuma, te voy a extrañar —se acercó y te abrazó, dándole una mala mirada al de la cresta.
—¿A mí no me vas a desear suerte? —le provocó Fudou, obteniendo una mueca de enfado como respuesta.