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Ambos niños están recostados en el césped de aquel parque lleno de árboles y juegos oxidados. Miraban el cielo sin preocupación alguna, buscando formas en aquellas nubes en pleno movimiento, ambos ven una taza, un dinosaurio, una mariposa y un sin fin de cosas más de las que solo bromean y se ríen.

Pero en algún punto, la mirada de ambos se encuentran y simplemente se sonríen, es una sonrisa resplandeciente que se enciende como un interruptor cada vez que se miran.

Un interruptor que se creo desde la primera vez que se vieron. Muchos pensaran que fue izuku quien encontró a Tenko, pero en realidad fue Tenko quien encontró a izuku; lleno de moretones, raspones, quemaduras y una gran sonrisa resplandeciente en su rostro. La primera vez que hablaron, se dio cuenta que el menor era como un pequeño rayito de sol.

Con el tiempo ambos se volvieron mejores amigos, a Tenko jamás le importo la falta de poder de izuku y a este, nunca le dio miedo el quirk del contrario.
Ambos se entendían, se apoyaban y se comprendían.

Eran muy pequeños para saber que se querían de una forma que estaba más haya de la amistad.

-Tenchan...-murmura izuku, el pequeño omega de cinco años, con los ojos más verdes que tenko jamás haya visto.

-¿Si, Zuzu? -pregunta tenko, un pequeño alfa de nueve años, de cabellos celestes pálido y iris tan rojos como un rubí.

-Te quedarás conmigo para siempre... ¿Verdad? -

El peliceleste lo vio un poco desconsertado por su repentina pregunta.

-¿Por qué me preguntas eso? Nunca te abandonaría, izuku. ¡Estaremos juntos para siempre! -le sonrió con completa seguridad

Izuku sonrió contagiado por su entusiasmo, pero sin poder evitarlo la duda le punzó la cabeza

-¿Por que estás tan seguro? -se sentó en forma de indio y lo vio con un brillo casi triste en sus ojos.- Mí papá ayer me contó sobre su antiguo mejor amigo, lo conoció en la escuela primaria y me contó que durante esos años pensó que.. estarían juntos para siempre. Pero con el tiempo se fueron alejando y jamás volvió a verlo. No quiero que nos pasé lo mismo Tenchan...

Tenko lo se quedó callado por unos momentos, pensando en que responder. El tampoco quería eso, le dolía el solo imaginar que algún día dejaría de ver a izuku. No le gustaba pensar en no recibir más de sus bonitas sonrisas, sus abrazos espontáneos o el melodioso sonido de sus risas, le disgustaba pensar en no volver a jugar a las escondidas, no enseñarle a trepar árboles, no sentir su delicioso aroma a algodón de azúcar que le cosquillaba la nariz o la suavidad de su esponjoso cabello. Le dolía creer que algún día dejaría de escuchar ser llamado Tenchan. Le dolía una vida sin Izuku.

-Eso jamás pasará, no somos como tu padre y su amigo. ¡Y jamas lo seremos!-lo miro con toda la seguridad del mundo reflejado en sus ojos rubí- ¡Yo Tenko Shimura, estaré siempre para ti Izuku Midoriya! ¡Lo prometo!

El último mencionado lo miro a los ojos viendo completa sinceridad en ellos, entonces en sus ojos esmeraldas la determinación y la felicidad ardieron como nunca exterminando la duda, los miedos y la tristeza que anteriormente estaba presente.

Le sonrió radiante y sin dudarlo de abalanzó a su amigo atrapandolo en un abrazo

Ambos rodaron por el césped riendo y haciéndose cosquillas entre si.

-¡Yo Izuku Midoriya, también prometo estar contigo para siempre Tenchan Shimura Tenko! ¡Promesa del corazón! -

-Promesa del corazón... -murmuró el peliceleste en voz baja, feliz de volver a ver la sincera sonrisa de su amigo.

Promesas |Shigadeku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora