Llegué del colegio con la noticia que participaría en un recital de baile, el cual se llevaría el mismo mes, venía contenta porque se sentía que se me presentaban oportunidades de la nada. Las dos semanas sentí que fueron las más lentas de toda las que había vivido hasta ahora. Recuerdo que era martes y le pregunté a mi mamá si ya me daría permiso de regresar, moría de ganas de ver a Axel, busqué mi traje de baño y me lo puse debajo de mi ropa normal, me observé al espejo y sentí un golpe en el pecho, no me veía como creí.
Haré un poco más de ejercicio pensaba mientras salía de mi casa, comencé a caminar con paso rápido y llegué, vi a Axel en la puerta del gimnasio abrazando a una chica por la cintura, mi corazón se agitó, pasé e hice como que no hubiera visto nada.
Ha de ser su amiga- pensé- o su prima o hermana, el no tiene novia, el me lo dijo y yo le creo.
Entró al vestidor y me saludó con un movimiento de cabeza, yo me tardé esperando que hubiera aunque sea una palabra, el terminó y salió.Mi cabeza no entendía que era lo que pasaba, no comprendía nada, terminó la clase, y yo seguía con el mismo desconcierto, me conozco y sé que no podía quedarme con la duda, así que lo detuve del brazo y le dije:
-¡Axel! Regresé.
-Si ya lo noté.- Su indiferencia era muy evidente.
-Hace un par de horas te vi con tu amiga, podríamos invitarla al cine, claro si gustas.
-No era mi amiga era mi novia.- Respondió. – Y pues, lo de la ida al cine lo dejaremos para después lo que pasa es que ya quedé con ella, y nos vemos después.
-¡Axel!, es que pensé, pues que, tú me dijiste que, bueno, que te me hacía bonita, y pues yo pensé que...
-¿Qué me gustabas?- Rió.
-¡Sí! ¿Es muy malo haberlo pensado?
-Sofía eres una chica muy linda no lo puedo negar, pero de cuerpo te falta un poco, pero sé que habrá un hombre que te sepa querer, lo siento pero no soy yo. Tengo que irme.
Fue como si un balde de agua fría hubiera caído sobre mi espalda, la garganta se me hizo nudo, la sangre me hervía, mis ojos se cristalizaron, sentía una opresión en el pecho enorme, el corazón me dolía.
Caminé a mi casa lentamente, tratando de digerir lo que mis oídos habían escuchado, me sentía muy confundida, sentía mucho dolor, pero sentía mucho coraje a la vez, no pensaba, no entendía, no sabía por un momento que era de mi.
Llegué a mi casa.
-Ya llegué mami.
-¿Cómo te fue Sofía?
-Bien, iré a bañarme y después a dormir, vengo un poco cansada, hasta mañana.
-¿Todo bien?
-Sí, hasta mañana.
Subí a mi habitación, aventé mis cosas a lado de mi cama, saqué ropa limpia, y me metí al baño, me observé al espejo, me miré con desprecio, abrí la regadera y me situé debajo de ella, y comencé a llorar, me presionaba el estómago con una mano y con la otra tapaba mi boca, me sentía bastante mal, pero sabía que podía superarme y sabía que debía ser fuerte, me cambié y me senté en mi cama, tomé mi computadora e inicié sesión en mi correo:
Elena dice: Choofaa! ¿Cómo estás?
Chofa dice: Mal Emoticono frown ¿Y tú?
Elena dice: ¡Bien feliz, me llamaron de una agencia de modelos juveniles, quieren conocerme y pues participaré en un casting, y me siento realmente feliz! ¿Y tú porque tan mal, gorda?
Chofa dice: Me alegro Elena, eres hermosa lo mereces, pues cosas que pasan ya sabes, ¿Tienes planes para mañana?
Elena dice: De hecho por eso te hablo, iremos de compras con, Luisa, Roxana, Sabrina, tú y yo, y no acepto un no por respuesta hay que levantarnos de ánimo.
Chofa dice: Claro, nos vemos a las 4 en donde siempre. Un beso me voy a dormir.
Elena dice: Hasta mañana gorda, descansa.
Cerré la computadora, apagué la luz, y quede observando hacía arriba, palabras daban vueltas sobre mi cabeza, ¿Gorda?, ese era el problema. Tenía que buscar una solución, y una palabra encajaba directo ahí, pero me dio miedo, me estremecí, me enredé en las cobijas y poco a poco me fui quedando dormida.
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Frágil
RandomSofía es una chica de 16 años, segura de sí misma, alegre y soñadora, pero a lo largo de su corta edad, nunca ha tenido un verdadero beso de amor, nunca ha tenido novio, nunca ha percibido algún sentimiento en su corazón. Al encontrar una escuela de...