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Quedarse afónico siempre fue algo bueno. Porque nunca hay fiesta de más, ni orgasmos en voz baja, ni un te quiero susurrado es lo mismo que a gritos. Igual que tomarte la copa con dos hielos, y beberte su boca con infinitas ganas. Y no me importa pactar mi voz por fiesta,amigos, te quieros a gritos y orgasmos que rasquen la garganta.

Pensamientos de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora