Sweet Home
━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━
Dream
━━━━━━━━━━━━━━━━━━
Nuevamente me despedía de mi hermano mayor, cada fin de semana asistía a un pequeño campamento que la Universidad realizaba. No eran de mi agrado, pero necesitaba asistir para obtener puntos y mejorar mis notas. Además, era el único momento en que podía investigar más acerca del paradero de mi segundo hermano, Sang Wook.
Desapareció luego de la muerte de papá y antes de que mamá nos dejará estuve intentado de todo para dar con su paradero, pero jamás lo logre.
Agitaba mi mano en el aire despidiendome del hombre parado frente aquel auto negro de ventanillas oscuras, mi sonrisa se desvaneció al verlo girar e ingresar en el coche. En ese preciso momento tomé mis maletas abandonando el lugar, mezclandome entre los demás estudiantes. Uno de ellos se acerco.
── Eun Ji, habías dicho que no vendrías este fin.
Estuvimos juntos en la preparatoria, fue mi único amigo en ese entonces y aunque sigue siéndolo ha cambiado demasiado, tanto que me impide seguir mi investigación.
── Cambie de opinión ── respondí sin más, acelerando el paso para evitar que la conversación se alargará.
── ¿Tu hermano sabe lo de tu investigación?, tengo esa duda desde hace tiempo.
── Lo sabe ── Me detuve, girando mi cabeza encontrandome con la profunda mirada del más alto. Contesté ── Esta molesto, pero aun así no me detuvo.
La palabra quedó en su boca, abandone el lugar lo más rápido posible, abriendo paso entre los estudiantes cuyas miradas extrañas se dirigían hacia mi.
...
Ese campamento - al igual que los otros - no tuvo nada de especial. Ya en mi hogar, recibí la notícia de que nos mudariamos un poco a las afueras de la ciudad, no reproche. Por la noche jugué ajedrez junto a mi hermano para pasar el rato, nuestras miradas eran desafiantes y el ambiente era tan tenso, pero al final terminamos aburriendonos, dejando de lado el juego y encendiendo la televisión.
── Se acabaron algunas cosas del baño, ¿puedes ir a comprar más? ── Cuestionó.
── Si, claro ── mostre la palma de mi mano esperando el dinero, sin despegar la vista de la pantalla. Y al recibirlo lo atrape en un puño, me puse de pie, caminando hasta la entrada en donde me coloque mi abrigo y zapatos.