Kyle
Otoño sin duda era una estación que favorecía los paisajes de Arandelle. Kenan estaba emocionado grabando tanto con su móvil y con la cámara algunos detalles, cosas en las que honestamente no me fijaría, pero el, el encontraba belleza en esos detalles.
Sharon por otra parte iba entretenida con los libros que llevaríamos al orfanato, tal vez no era buena idea salir por ahí después de todo el escándalo que había causado el aterrizaje de la duquesa.
Desde hacía mucho me encargaba, como aprendiz, de los detalles del reino, cuestiones de comercio, diplomacia, leyes y demás. El poblado no superaba las 10 mil personas, eso era una ventaja, conocía a la mayoría de personas del pueblo.
La reina por su parte, se había retirado a descansar cuando el rey murió, no habían tenido hijos, por lo que, el ducado de Gilles era la próxima línea sucesora y era eso o una anexión deliberada a Luxemburgo.
Íbamos cruzando frente a la tienda de música local cuando un abrigo rojo llama mi atención.
- Héctor, detenga el auto, por favor – saliendo de este me dirijo hacia lo que había llamado mi atención. – estamos destinados a encontrarnos – comento de forma amable a la chica de abrigo rojo.
- Oh, duque, disculpa Kyle – Agatha se encontraba frente a mí con un paquete de libros.
- ¿Cómo estás? – la forma en la que sus mejillas se sonrojaron fue la cosa más tierna que pude haber visto jamás, lo había dicho, la chica era completamente autentica. – Permíteme ayudarte – tomando los libros de sus manos, espere a que respondiese.
- Estoy bien, gracias, iba de camino al orfanato, soy voluntaria algunos días –
- Vaya, mis hermanos y yo vamos a llevar algunos libros igual, puedes acompañarnos – hacía mucho tiempo no compartía con una chica, que no fuese de mi familia, en actos sociales.
- No sé si sea correcto – rascó su nariz y recordé aquella ocasión en la que papa me contaba las manías y gestos de mama en el trabajo.
- Tómalo como mi forma de disculparme por la forma de irme de la librería ayer – empecé el camino al coche abriendo la puerta trasera para que la chica de rojo entrase.
El resto del camino fue ameno, mis hermanos, ambos curiosos empezaron a preguntarle cosas sobre la región y Agatha encantada le contesto mientras le preguntaba cosas sobre sus vidas en New York. Kenan quien sabia apreciar la belleza le pidió su consentimiento para grabar algo para su proyecto y ambos empezaron a hablar acerca de cine y demás cosas.
Algo había ocurrido, al subir al coche me había sentido observado, podría ser algún paparazzi, pero aun así la sensación en mi nuca solo desapareció al ver a Sharon jugar con una de las niñas de la institución.
Los chiquillos quienes conocían a Agatha se emocionaron al verla llegar, mientras yo me dedicaba a hablar con las encargadas del lugar, este tipo de visitas procuraba realizarlas de forma ocasional, era algo que el abuelo hacía,
- Ya debemos regresar – les informe a los chicos que estaban muy entretenidos, más Sharon que se había pillado con el cuento que leía Agatha a los niños.
Evitando protestar ambos se despidieron de Agatha, ella se quedaría un rato más, ayudaría a los chiquillos con sus tareas o algo así. Con un movimiento de mano y una sonrisa me despedí de ella, era una chica excepcional.
De regreso al palacio los chicos iban entretenido y yo aun pensaba en las palabras de mi padre la noche anterior.
Me sentía completamente capaz de gobernar de forma justa y de mejorar aquellas cosas que se necesitaban mejorar en la región, podríamos ingresar en el mundo moderno sin perder la belleza clásica que poseíamos, solo que no quería perder lo que ya tenía.
Ya entrada la tarde estábamos en el campeonato, Emma lucia como chiquilla en tienda de juguetes, estaba muy emocionada, se había dedicado completamente a los animales cuando veníamos de vacaciones, pero al igual que yo termino prendada por el amor a esta nación, nuestros abuelos se dedicaron a enseñarnos a querer a este lugar y a su gente, si bien Emma no sería coronada, era la heredera del ducado de Harder, por parte de nuestra abuela y en el momento en que yo fuera coronado príncipe, ambos tendríamos papeles importantes que desempeñar, además también seria poseedora del ducado de Gilles.
Entrando en el palco real, la misma sensación de ser observado regresaba, solo que esta vez estábamos siendo observados por cientos de personas, todos pendientes a la futura familia real. Había sido todo un jaleo cuando en su momento se descubrió mi existencia, un completo escándalo que un chico nacido fuera del matrimonio y que no llevase el apellido de su herencia fuera a tomar el trono en algún momento.
El consejo de la reina quien me asesoraba en todo lo concerniente a Arandelle y mis abuelos se habían encargado de enseñarnos, tanto a mi como a Emma, las leyes y costumbres de Arandelle.
La carrera iniciaría en pocos minutos, ya Emma se encontraba en posición y nosotros observábamos orgullosos, de repente y sin dar tiempo a analizar la prensa empezó a postrarse delante de la entrada del palco mientras algunas personas protegían a otra.
¿Qué ocurría?
Mi abuela se paró frente a la entrada y les dio la orden a los guardias de dejar pasar a la persona misteriosa. Todos estábamos expectantes cuando de pronto una chica entro por la puerta.
Rubia, petiza y de ojos color avellanas, con un rostro pétreo y un poco de miedo en los ojos, pero aun así siendo talvez la mujer más hermosa que mis ojos pudieran ver jamás.
- Familia, les presento a la Duquesa de Alba. –
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Encantar al Duque
RomanceUna nueva historia comienza, 15 años han pasado desde aquellas primeras vacaciones en el palacio y con ellos cientos de cosas. La ahora enorme familia Jacobs-Anderson debe acompañar al ya reconocido duque Kyle William en las fiestas de palacio donde...