Los sentidos que conservo: poema número 6.

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 Para mí

Hay manos inglesas que solo aprientan

mis tuercas, mis cuencas, mis caderas.

Hay manos que solo forcejean

la sangre que no cae por las riveras.

Manos asfixiando, manos colapsando.

Hay manos que solo humedecen

mis catetos, mis párpados, mis costados;

agua en sus vértices mojados;

me fascinan, me confunden, me estremecen.

Hay manos que solo sueñan,

como las de la chica de septiembre,

en seis meses de correcta espera,

que en seis meses de sequía se convierten.

Escritos sobre ti que nunca leerás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora