Era un día, normal y tranquilo, caminaba de lo más común por las calles del reino del trébol, es mucho mas agradable estar aquí que con mi madre... aunque extraño a papá pero aún así, debo seguir adelante ¿No?. Iba caminando en dirección al bosque para poder apreciar la belleza de la naturaleza y eso era hasta que de golpe escuché un fuerte gritó
- ¡Debo entrenar más duro!
- {Pero qué?}
La curiosidad me había comido, digerido y defecado por lo que me dirigí hacia el griton mientras tapa mis oídos, justo ahora necesitaba mi buena audición. Apenas llegue pude verlo de lejos, era un enano de cabellos plateados, hmmm.... se me hace conocido de algún lado
- ¡Si lo hago tendré magia, le ganaré a Yuno y me casaré con la hermana Lily!
- {. . . . ¡¿Le quiere meter su abeja a la flor a su hermana?!}
- ¡Me convertiré en el rey mago y no me detendré hasta lograrlo pero primero, debo entrenar mi cuerpo!
Maldito degenerado! Pienso hacer algo con ese tipo pero no ahora.... por ahora, tome la piedra más pequeña que me encontré y se la lance al enano
- ¡¡Aaahhh, quema!!
Y rápidamente me fui lo mas que podía asegurándome de que no me siga
Marzo, cuando las luciérnagas dándelion vuelan por los alrededores una vez al año, en diferentes partes del pais, cuando los chicos cumplen 15 años deben ir a la ceremonia de grimorios, donde estos pueden incrementar sus poderes mágicos.
- Niño, arriba que se te hace tarde!
- ¡Aahh!
Gritó al ser despertado de junto a que la puerta fue abierta de golpe a la vez que se había caído de su cama
- ¡¿Qué año es, donde estoy, quien soy?!
- 1XXX, eres mi inquilino y te llamas Grey
Dijo la señora con una pequeña sonrisa tierna mientras el joven le devolvía la mirada con una cara de "Enserio?"
- Pero ya prepárate que llegaras tarde a la entrega!
- Cie-Cierto!
Después de que aquel inconveniente suceda el chico corría con todo lo que podía para poder llegar al castillo y lo primero que vio cuando entró fue a la gente mirando en estado de shock a un hombre de gran altura y musculatura
- ¿Uh, que pasó aquí?
Se preguntó el joven en un susurro para luego acercarse entre la multitud y ver como en el suelo había un grimorio partido a la mitad bajo los pies de aquél hombre
- ¡¿Pero que has echó insolente?!
- ¿Qué? No necesito un bloque de papeles para ser alguien
Decía mientras caminaba a la salida donde pasó al lado del joven empujándolo levemente al frente dando a entender su reciente llegada