LONDON BOY,, one shots (TERMINADO)

CINCO ━━ MONSTRUOS

LONDON BOY 💐🧸

Sombras misteriosas bailaban a través de la pared blanquecina que daba a la cama.  Te intrigaba la forma en que las cosas inofensivas podían volverse siniestras en cuestión de horas. Los árboles se balanceaban como monstruos afuera, y el viento aullaba como lobos hambrientos y sedientos de sangre a través de las ventanas. Te hundiste más en tu edredón, tu cuerpo se calentó con ansiedad y miedo. Era tonto, la serie paranormal que viste antes de acostarte.

Estaba todo en tu cabeza.

El habitual crujido de los suelos de madera te erizaban la piel. Tus ojos se movían en todas direcciones mientras formulabas un plan de escape. Tu pecho estaba apretado y tu respiración era tranquila pero rápida, como un pato nadando. No podías decidirte si debías girar hacia tu lado izquierdo, tus ojos estaban pegados a la pared paralela a ti.

Oficialmente estabas congelada de miedo. El miedo a nada y a todo. Tu teléfono estaba en la mesita de noche en el lado izquierdo de la cama, el lado habitual de Louis, aunque sin él aquí, estabas aterrorizada. Con una oleada de coraje, rápidamente te diste la vuelta, encontrandote con el lado vacío de la cama. Arrastraste los pies muy silenciosamente y extendiste tu brazo para agarrar tu teléfono. Tan pronto como estuvo en tu mano, encendiste la linterna.  la habitación se veía exactamente igual a como la habías dejado antes de irte a la cama hace 3 horas, pero se sentía diferente. Muy probablemente a partir del escenario inventado.

Revisaste tus mensajes para ver si Louis te había enviado un mensaje de texto y, para tu incomodidad, no lo hizo. Así que lo llamaste y lo pusiste en el altavoz.

—Hola bebé, ¿que paso?—su voz era suave mientras inundaba la habitación.

—Solo quería ver cómo te va.—tu voz era temblorosa y te maldecías por ello.

—¿No son las 4 am en Londres, cariño?—Sonaba preocupado, y tenía todo el derecho de estarlo, pero necesitabas consuelo.

—Uh, sí, necesitaba escuchar tu voz—suspiró, prácticamente podías escucharlo pasar una mano por cabello.

—Sé que es difícil, pero estaré en casa en 2 días, te lo prometo.—no te sentías tan asustado al escuchar su voz y tener su compañía.

Louis luego se rió.—¿Viste uno de esos estúpidos y aterradores programas de nuevo?—soltaste un quejido, sabiendo que él se burlaba de lo asustada que estabas.  Su risa solo se intensificó y te cubriste los ojos con la mano, riendo junto con él.

—¡Sí y deja de reírte de mí, estoy aterrorizada!—confesaste con tu corazón prácticamente latiendo fuera de tu pecho mientras mirabas la puerta del dormitorio.—Ojalá estuvieras aquí conmigo, tonto.—susurraste, cerrando los ojos y esperando que él escuchara el mismo ruido que tú.

—Dos días y estaré de vuelta en tus brazos, salvándote de los grandes y aterradores monstruos que viven en nuestro departamento.—anunció, bromeando continuamente.

Suspiraste, esperando que la llamada telefónica nunca terminara,

—Escucha bebé, tengo que irme bien?  ¡pero 2 días!  ¡Lo prometo!—sonreiste suavemente ante sus palabras.

—Está bien, te amo.—murmuraste, sintiéndote más segura y más contenta.

—¡Te amo hasta la luna y más allá, mi amor! Y no te olvides de mirar debajo de la cama.—su risa histérica fue lo último que escuchaste antes de colgar.

Maldito, Partridge.