Capítulo 8 : Lo siento venir

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Los próximos días son muy parecidos. Desayuno, PT, siesta, almuerzo, PT, siesta, cena, película, dormir, despertar y hacerlo todo de nuevo.

Kara tuvo que quedarse más de la semana que Eliza y Alex le dijeron que necesitaba. (Actualmente estaba en el día ocho). Kara no pudo mantenerse por sí misma hasta el día seis. Tuvo que empezar despacio y solo poner un poco de peso en su pie. La frustraba muchísimo porque primero, le dolía mucho, y segundo, Eliza no le permitiría intentar recuperar sus poderes hasta que su rodilla estuviera sana.

Kara desearía que la tiraran por la ventana, entonces tal vez estaría lo suficientemente asustada como para que sus poderes regresaran. En las pocas veces que Kara perdió sus poderes, por lo general esperaron a que alguien alienígena comenzara a atacar National City. Funcionó la mayor parte del tiempo. Kara no pensó que una invasión alienígena pondría en marcha sus poderes, pero la caída podría hacerlo.

Tan pronto como Kara expresó su opinión sobre el asunto, Lena la cerró. No había forma de que ella se arriesgara. Kara admitió que era una mala idea, especialmente después de su conversación el segundo día que estaba completamente despierta.

Kara solo quería que todo volviera a ser normal, quería recuperar sus poderes y quería abrazar a Lena sin que ella la mirara como si fuera a romperse. Kara entiende ahora cómo se debe haber sentido Lena cuando empezaron a salir. Ella no está hecha de vidrio, incluso si está herida.

Lena había hablado con Kara de que volvería a trabajar pronto, incluso si fuera unos días a la semana. Había reuniones y planes que había retrasado para quedarse al lado de Kara.

No era que Lena siquiera le dijera de manera acusatoria que tendría que regresar al trabajo, pero de alguna manera Kara todavía se sentía culpable por evitar que Lena hiciera su trabajo. Kara sabía que no debería sentirse culpable en absoluto porque fue decisión de Lena posponer las reuniones, pero aquí está acostada en la cama mirando al techo sintiéndose culpable por algo fuera de su control.

También la enojó porque no quería sentir lo que estaba sintiendo. Solo quería volver a ser como eran las cosas antes de decidirse a salvar a toda esa gente. Si tan solo hubiera esperado a J'onn y Alex, entonces tal vez no estaría acostada en esta cama sintiéndose terrible. Pero si hubiera escuchado entonces, más personas podrían haber muerto.

Kara había estado repasando lo poco que recordaba lo mejor que pudo para ver si había tomado la decisión correcta. Al final, supo que hizo lo correcto porque salvó a tanta gente. No fue su culpa que se lastimara, solo estaba haciendo su trabajo. En todo caso, es culpa del estúpido Bad Guys de que ella esté aquí. Si no hubieran aparecido listas para aterrorizar a todo National City, entonces Kara y Lena podrían estar en casa ahora mismo besándose y holgazaneando en el apartamento teniendo perezoso sexo y abrazos a media tarde. Mmmmm, eso suena bien, pensó Kara.

Por mucho que los dos se hayan abrazado en los últimos diez días, estaba empezando a no ser suficiente. Ella quería más. Ella y Lena nunca habían pasado tanto tiempo sin tocarse. Kara extrañaba la sensación de la piel de Lena contra la suya. La sensación de su aliento contra su cuello cuando estaba por encima de ella. Manos enredadas en sus mechones rubios, recorriendo su camino hasta la clavícula. Echaba de menos la sensación de la piel desnuda de Lena contra la suya y el sabor de sus labios mientras susurraban cosas dulces en su oído. Lo que más extrañó Kara fue la expresión del rostro de Lena cuando se corrió. Con la mandíbula floja, los ojos cerrados gritando silenciosamente a un dios ajeno a ella. Ella era suave y libre; Kara nunca se cansaría de hacer que Lena se viera así.

Quería hacer que Lena se viera así en este momento, pero no podía porque la cara de su prometida estaba arrugada y llena de estrés. Sentada en su asiento habitual al lado de Kara, estaba encorvada mirando su computadora portátil escribiendo apresuradamente, trabajando en algo relacionado con L-corp.

Cuando las luces se apaganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora