► Resumen: Hansol Vernon Chwe es el presidente del consejo estudiantil y tú eres la pobre estudiante becada. Naturalmente, se suponía que ustedes dos deben vivir sus vidas por separado, seguir caminos separados sin necesidad de interactuar entre...
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increíble.
Absolutamente increíble.
"Increíble." Murmuras en voz baja, trapeando el suelo con brusquedad y entrecerrando los ojos hacia Hansol, cuyo pecho está agitado, los ojos están cerrados y las letras z están prácticamente bailando en el aire.
En el momento en que entró, se derrumbó en el sofá completamente dormido mientras tú trabajabas como una esclava, limpiando su casa de arriba a abajo.
Mirarlo hizo que te enfurecieras y chasqueaste la lengua con molestia, trapeando a propósito tan fuerte como pudiste y derramando la fregona en el balde de detergente. Algo del líquido le salpica, en sus pantalones y en sus mejillas, pero él simplemente se queja, se mueve y lo limpia antes de volver a la tierra de los sueños.
Aunque nunca lo admitirías, Hansol dormido también era divertido. Él era completamente diferente; el nudo en sus cejas desaparecía, sus labios suaves se separaban ligeramente y su rostro era casi inocente. Te atreverías a decir que parecía un hermoso ángel o un cachorrito ... casi porque no pudiste borrar por completo la realidad de que era un demonio sádico.
Te encuentras deteniéndote y gravitando hacia él de forma natural, simplemente mirándolo sin vergüenza. Pero de repente, de la nada, su brazo se dispara y te agarra por el cuello de tu camisa.
Antes de que puedas reaccionar, te empuja hacia adelante y la fregona se desliza de tu mano, golpeando el suelo con un fuerte ruido metálico. Un grito ahogado se escapa de tus labios y un latido después, estás a centímetros de su cara. Uno de sus ojos se abre. "¿Siempre miras a la gente cuando duerme?" Su voz es ronca, ronca y su aliento se hincha sobre tus mejillas.
Te burlas y golpeas su frente con la palma de tu mano.
Instantáneamente te suelta con el mismo ceño de siempre y sus labios se convierten en un gruñido gruñón. "Suéñalo. No te pongas en un pedestal". Recoges la fregona del suelo y la giras para seguir trapeando. "Tu saliva estaba resbalando por tu barbilla".
Esta vez es él quien se burla, con una sonrisa en sus labios mientras se sienta y estira sus extremidades como un gato. No miras, pegando deliberadamente tus ojos al suelo. No era necesario que te sorprendieran mirándote dos veces.
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Las 7 se hicieron bastante rápido y todavía estás limpiando mostradores y corriendo de un lugar a otro, pero para ese momento, ya tenías la chaqueta puesta y estás lista para escapar de sus malvadas garras.
A veces, por diversión, te gusta imaginar que eres Cenicienta y Hansol es tu malvada madrastra.
