Otra mañana más, otro día más que JungKook se despertaba a solas en su cama. Ya había pasado 10 meses desde que había perdido a su esposa, al amor de su vida, a su primer amor; y aun le constaba asimilar que no estaba con él.
La había conocido a los 17 años en el último año de preparatoria, le impresionó cuando la vio entrar por los pasillos largos del instituto; había quedado maravillado por su belleza y carisma. Al paso del tiempo se conocieron y lograron establecer una amistad, con ello se enamoraron profundamente y al cumplir los 22 se casaron. Sí, eran jóvenes, pero estaban tan profundamente enamorados que eso no les importo.
En realidad, JungKook aún seguía tan profundamente enamorado como la primera vez, le dolía solo pensar en ella, le atormentaba solo pensar en que ella ya no estaba en el mundo en el que él estaba; lo odiaba. Le jodía la mente cuando pensaba en el suceso y que pudo haber impedido que sucediera.
Se sentó en la cama cansado, era otra noche que no había dormido por los demonios en su cabeza. Se quedó unos minutos pensando en nada, con los ojos húmedos por llorar tanto. Vio la foto de su amada alado de su cama, esa sonrisa que echaba de menos, esos ojos y cabello que lo habían enamorado la primera vez que la vio. Suspiro.
-Te extraño como no tienes una idea- dijo con una voz quebrada mientras miraba la foto. Se levantó de la cama, camino pesadamente hasta la puerta de su habitación, la abrió y salió por ella.
Camino por los largos pasillos de su casa y bajo las escaleras encontrándose con su pequeña hija que estaba desayunando tranquilamente en su sillita. JungKook le dio una sonrisa calidad y le dio un beso en su frente cuando ya estaba cerca de ella. Sun Hee, su hija, era lo único que tenía de su esposa, lo único que le quedaba de ella.
-Buenos días JungKook- sonó la voz de su madre que estaba en la cocina.
-Buenos días madre- contesto sentándose en la silla que estaba junto a su hija.
La madre de JungKook lo ayudaba con los quehaceres de la casa y cuidar de su hija mientras él trabajaba, le ayudaba mucho a JungKook.
-¿A qué hora te irás al estudio?- pregunto ella mientras le servía café en una taza.
-En media hora, tengo tiempo para desayunar- contesto sin ánimos.
Su madre suspiro cansada, odiaba ver a su hijo destruido por algo que no tuvo la culpa, por algo que no pudo impedir, pero sobretodo odiaba que él mismo se culpara de todo.
Desayunaron en silencio mientras JungKook ayudaba a su pequeña a comer los cereales con leche que su abuela había preparado. Al terminar todo, JungKook agarro su abrigo, se despidió de su madre e hija y se fue hacia el estudio.
Estaba cansando, estaba arto de todo, quería desaparecer de una vez pero no quería dejar a su pequeña sola, estaba desesperado y roto.
Subió a su Mercedes Benz y comenzó a conducir hacia el estudio. Comenzó a pensar en ella, su esposa y un fuerte puntazo le pegó fuerte el pecho, sus ojos se aguaron al instante.
-¡¿Por qué?!- grito al llegar a un semáforo y pegó la frente en el volante, tenía que descansar de todo lo que le estaba sucediendo, había perdido a su esposa y ahora tenía a una niña de 1 año que creías solo.
Una bocina le saco de sus pensamientos, la luz verde ya estaba iluminando hace unos 7 segundos y JungKook aún no avanzaba el vehículo.
Subió la cabeza y siguió condunciendo hasta el estudio. Cerro los ojos al estacionar y recostó toda su espalda descansando un poco. Desde la muerte de su amada no había descansado nada, hace 10 meses que no podía dormir adecuadamente y estaba ya agotado; sus ojos siempre estaban rojos por llorar y tenía ya unas ojeras horrible, además que estaba más pálido de lo normal ya que apenas comía algo aveces.
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Padre soltero - Jeon JungKook
Fanfic"Si tan solo hubiera impedido que sucediera el accidente, nada de esto hubiera sucedido y ella seguirá conmigo" Se repetía constantemente Jeon JungKook, un hombre de 24 años que a su corta edad jamás hubiera imaginado que tendría que cuidar de una p...