Estas Muerto? [DabiShiga - DabiGaten]

CAPITULO III

Llevaba unos largos minutos intentando decir sus votos, que no salían, al parecer seguía teniendo miedo. Se la sabia de memoria, pero las palabras no salir como querían, al final solamente solo logro dejar en mal a su familia quemando el lujoso y rojizo vestido de su futura familia, que fue apagado por el buen héroe Rikiya.

-Mi muchacho, si no está prepara para mañana con sus votos –vio la imponente aura del hombre que perdió por completo su paciencia con el pelirrojo- No venga, no quiero que una de mis bodas sea un fraude y tenga el peor comienzo por tipos como usted –sintió sus duras palabras clavándose en su estómago, que termino por revolverse y sintiendo un nudo en la garganta se fue corriendo, dejando atrás los gritos de su padre que gritaban su nombre, saliendo al bosque, que se veía hermoso bajo al alumbrado de la luz de la luna y cubierto de la pálida nieve, que envolvió todo el suelo congelando sus pies, pero termino manchando por lo único que había comido en todo el día, su almuerzo.

-Como lo mirare a la cara? -se preguntó en voz alta, a la mirada de todo solo era un estúpido que era mangoneado por sus padres, que iba seguir y mejorar el imperio, pero él no quería, ahora solo era un instrumento para ganar posición, pero quien lo iba a manejar era Shoto, ya que Natsuo se moriría joven a lado de su omega- Debe pensar que no me quiero casar con él.

Se sentó en el frio suelo arruinando aún más el grande tapete de nieve del bosque, siguiendo insultándose por su gran estupidez, por ser un idiota, se había sentado al lado de una rama que parecía una mano, muy fina y con una silueta maravillosa, y por impulso la sostuvo de fuerza y delicadeza.

-Con esta mano yo sostendré tus anhelos; -levanto se mano y su brazo hasta el codo mientras seguía arrodillado, y después rompió una rama, e hizo como si vertiera algún liquido invisible- Tu copa nunca estará vacía, pues yo seré tu vino; – a un como la misma rama en mano, la inclino un poco y fingió prenderla como una vela- con esta vela alumbrare tu camino en la oscuridad... –saco el anillo de la bolsa donde descansaba con el la ramita de orquídeas- Y con este anillo te pido que seas mi esposo... -con delicadeza puso el anillo en la fina rama-

-Acepto –escucho una delicada voz, pero dio un brinco para después dar vueltas su mirada se fijó, la silueta de un chico con hermosos cabellos finos y blancos que le recordaban a la nieve que cubría su cuerpo en estos momentos después de rodar, un traje blanco marchado de tierra, pero sus ojos eran bellos y dulces como dos algodones de azúcar su favorito el color azul, pero fue tanta su sorpresa cuando vio el charco rojo que goteaba tiñendo la nieve y su traje, como si de una camelia blanca y pura fuera manchada por la sangre roja, tan pronto como lo vio salió corriendo tan rápido como pudo.

Se fue alejando cada vez más, pero siempre lo alcanzaba, inclusive se había perdido en largo y gran bosque, que cada vez lo intimidaba con sus grandes arboles sin hojas, pero al final pudo seguir su camino gracias a su vomito, lo agradecía fue hasta a el puente que se encontraba en medio de su pueblo y bosque, tomo aire, pero apenas se dio el vuelto lo vio, su cara solo estaba a centímetros de la otra.

-Vamos, amado mío -después de escuchar la envolvente y dulce voz vio todo negro, tal vez pronto despertaría de un mal sueño, ¿verdad? -

PUBLICADO: 29 DE MAYO 2021