YOU, another YOU & ME - JinTae [Omegaverse]

❖ 06 ❖

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Su rostro estaba enrojecido, mientras respiraba al borde de la hiperventilación. Taehyung llevaba más de diez minutos de pie, fuera de una farmacia, siendo incapaz de entrar a comprar lo que necesitaba. Su mente estaba en negación, pero las sospechas ni siquiera lo dejaban dormir por la noche, al igual que las náuseas matutinas, que estaban acabando con su cuerpo. O tenía una infección estomacal, o simplemente, el preservativo roto era el culpable de su actual situación.

—¿Disculpe? —el farmaceuta salió, para preguntar, luego de verlo allí demasiado tiempo, luciendo pálido y desorientado. —¿Puedo ayudarlo en algo?

—No —su instinto lo llevó a negar con la cabeza. Entonces, salió de su letargo, regresando a la realidad, y reconociendo el uniforme que traía puesto el hombre. —Digo, sí... lo siento, estoy... un poco enfermo —aclaró su garganta, pretendiendo normalidad. No quería parecer un lunático delante del beta.

—Bueno, está en el lugar correcto —le regaló una sonrisa amable, empatizando con el joven omega, quien expresaba abiertamente la lucha interna que libraba, en la atribulada expresión de su rostro. El beta abrió la puerta para Taehyung, dejándolo pasar primero, entrando tras de él. —¿Qué necesita? ¿Algún antigripal? ¿Aspirina? —sugirió, buscando la mirada perdida del omega.

Taehyung recorrió el lugar con su mirada, sin ver nada en particular, sólo buscando distraerse de sus problemas por un par de segundos, antes de tener que decirlo en voz alta.

—Ammh... ¿ti-tiene... pruebas de... hm... embarazo? —logró preguntar, bajando su atención a sus zapatos, pasando saliva, como si sintiera la mirada escrutadora del beta, juzgándolo. Sin embargo, el hombre sonrió, entendiendo rápidamente el dilema del joven omega.

—Por supuesto, tenemos de distintos tipos —se detuvo a explicar con amabilidad, a pesar de que Taehyung no hiciera contacto visual con él. —Algunas son más exactas que otras, que sólo indican el "positivo" o "negativo", con cierto margen de error —el pelirrojo, mordió su labio, asintiendo, con los ojos perdidos en la nada. —Esas son más económicas, pero, si quieres saber la edad gestacional y estar más seguro, te recomiendo gastar un poco más —el farmaceuta esperó pacientemente por la respuesta del chico, quien rebuscó en su bolso, sin siquiera haber decidido por algún producto aun, ni conocer su precio.

—Deme la más exacta que tenga —declaró, dejando un par de billetes sobre el mostrador, sin mirarlo, enrojeciéndose hasta las orejas, sintiéndose como un adolescente que miente para comprar alcohol, a espaldas de sus padres.

En completo silencio, el beta buscó por lo solicitado, metiéndolo en una bolsa plástica. Digitó el valor en la máquina registradora e imprimió el recibo. Sólo tomó dos billetes, de los cinco que Taehyung puso para pagar su compra, pues era el valor de la prueba de embarazo, dejando los demás, junto a la bolsa y el recibo.

—Aquí tienes —dijo, y el chico miró la bolsa como si se tratara de una bomba a punto de estallar. —¿Necesitas algo más? —dudó, al notar que Taehyung no se movía.

—N-No... muchas gracias —murmuró, cogiendo finalmente todo con rapidez y metiéndolo desordenadamente en su bolso para huir de la farmacia.

Se sentía tonto e inmaduro en ese momento, incapaz de hacerse cargo de algo tan básico como comprar una prueba de embarazo para resolver sus dudas. Tenía las sospechas hace semanas y sólo hasta ese día había reunido el valor para salir de la intriga. Si ni siquiera era capaz de enfrentarlo, ¿cómo podría traer un cachorro al mundo y cuidar de él, sin fallar en el intento?

Con la puerta cerrada del baño de su casa, suspiró profundamente. Sus piernas temblaban de pura anticipación, al igual que sus manos, mientras abría la colorida caja, en busca de las instrucciones. La imagen de su madre lavando una incontable cantidad de pañales de tela, a mano, aparecía en su mente. La forma en que sus nudillos resaltaban por la baja temperatura del agua y el sacrificio que le significaba, al tener tantos hijos pequeños. Negó con la cabeza, sintiendo las primeras lágrimas descender por sus mejillas.