No, no, no...
Esto debe ser una broma, nadie nunca en su vida podría hablarme, al menos no por su voluntad.- No creo que esa sea la razón aunque reconozco que si es muy notorio en mi lo mala que soy para fingir que se algo cuando en realidad no es así - Dije sin emoción alguna, no podía hacerme a la idea de que alguien quisiera cruzar palabras conmigo.
-Eres una niña muy transparente, y lo note desde el primer instante... Y si, si quería hablar contigo, como dije eres agradable - El chico guapo mantuvo su posición.
-Nadie nunca había querido hablar conmigo, son tan insignificante - Suspiré, justo cuando me disponía a seguir con mi discurso, el simplemente hizo un movimiento que me mantuvo callada. Con su mano derecha me tomó de la mano, y con uno de sus dedos sobre mis labios, me hizo guardar silencio - Este chico pondría a temblar a cualquiera.
-No permitas que te hagan sentir menos, eres lo que desees ser, y puedes lograr lo que te propongas, solo no te dejes vencer - Fueron sus palabras, y vaya que me hicieron bien, nunca me habían dicho algo igual y lo agradecí, se sentía bien.
-Gracias, gracias por tus palabras... No sabes cuán valiosas son para mi - Termine por decir.
-Siempre que necesites hablar, puedes contar conmigo, desde ahora puedes considerarme tu amigo - ¿Mi amigo? Wooo eso si que suena muy bien, sería agradable tener un amigo, alguien con quien hablar, pero no debo confiarme.
-Gracias, que gentil es - ¿Gentil? Ni siquiera sé que significa esa palabra.
-No hay de que, debo irme pero que tal si me das cualquier libro de romance que te guste - Dijo.
-Nunca he leído uno - Comenté, a lo que el pareció asombrarle muchísimo ta que sus labios formaron una gran "O" que no pasaría desapercibida nunca.
-¿Es una broma cierto? - Y ahí estaba mi respuesta, el no creia lo que había dicho.
-No lo es, acabo de decirle la verdad... Hace un momento le comenté que en mi vida solo había leído cuentos de niños - Dije sin mucha importancia.
-Pensé que estabas jugando conmigo... Hagamos algo, selecciona el libro que más te guste o te agrade y lo leeremos juntos ¿te parece? - Debo admitir que me tomo por sorpresa pero me aguardaba la idea, solo que no se si este bien.
-No deseo molestarlo, además no estoy segura de que sea una buena idea - Tenia que ser sincera.
-No es molestia, yo quiero hacerlo... Si vamos a ser amigos, debemos conocernos y que mejor que leyendo un libro, dicen que los lectores alcanzan cierta estabilidad que les permite mantener neutros sus sentimientos y pensamientos y al igual que los escritores disfrutamos de cada palabra que se plasma en cada hoja - Habalaba tan bonito.... ¿Qué rayos Jessica? Deja de pensar en esas tonterías.
-¿Qué tal si empezamos con alguna comedia? Me encanta reír - El dijo que le gustaba el romance asi que tal vez consiga que se retracte de su oferta y así no tendría que leer junto a él.
-Claro, porque no... Sería algo nuevo para mí pero no podría descartar una buena lectura y mucho menos una gran compañía - Y en ese momento me derretida como la mantequilla expuesta al fuego.
-Claro - Fue lo que logré decir.
-Entonces.... ¿Qué libro leeremos? - Preguntó trayendome de vuelta a la tierra.
-Qué tal algo que me ayude a dejar lo tonta - Pensé en voz alta. ¡Rayos! ¿En voz alta? Ahora si, tragarme tierra por favor.
-Jajaja, si que eres adorable, mejor yo seleccionó hoy el libro, y tu la próxima vez ¿si? - Dijo y esa fue mi salvación.
-Me parece bien... No se tu nombre ¿Cual es? - Pregunté sin saber si podía hacerlo.
-Soy Leonardo, pero puede decirme Leo.. ¿Tu nombre, cuál es? - Respondió a mi pregunta junto a una pregunta..
-Jessica, me llamó Jessica... Es un placer Leonardo - Dije, la voz me temblaba estaba completamente nerviosa.
-Encantado de conocerte Jessica - Sonrió, su sonrisa es tan perfecta, tan luminosa... Un sonido nos atrajo de las nubes.*Tac*
Al llevar nuestra vista a la puerta nos percatamos de la presencia del Señor Cristian. Su rostro estaba tenso, se veía como enojado.
Pero ¿Por qué lo estaría? ¿Acaso le fue mal?. Tenía varias preguntas en mi mente, y ninguna respuesta a ellas.
-Señor Cristian - Habló Leonardo - Que gusto verle - Su voz sonaba un poco diferente.
-Leonardo, hola ¿Como esta todo? - Dijo en un tono de voz que denotaba molestia.
-Todo excelente, Mamá y yo ya acabamos los libros de la semana anterior, y vine por unos nuevos - Dijo Leo... ¿Podría llamarlo así? No lo sabía, pero al menos en mi mente podría, el no me escucharía.
-Vaya tu madre si que reconoce los buenos libros ¿Ya te los facilitaron? - Preguntó, lo cual me puso nerviosa, pues Leo, llevaba mucho tiempo aquí y no habiamos escogido un libro en concreto.
-Así es Señor Cristian, y su empleada a escogido los mejores - Y sus palabras me hicieron relajarme, pero bien era cierto que no habíamos elegido ninguno.
-Perfecto ¿Ya listos para llevar? - Preguntó.
-Aún no, faltan un par de libros y así todo estara listo - Respondió sereno.
-Está bien, de aquí en adelante yo me encargo Jessica, puedes ir a comer - Dijo tendiendome una compra de comida, como dijo me traería la comida, la tomé y me dirigí al almacén, la verdad es que si tenía hambre.Leo se quedó con el Señor Cristian, al terminar de comer me dirigí de nuevo a la parte delantera de la tienda a preguntar cual sería mi siguiente labor, para mí sorpresa Leo, seguía aquí... Lo vi escribir algo en un papel y pedir un libro más para su colección, yo me dirigí a la puerta para limpiar el vidirio de esta ya que estaba manchado. Minutos después escuché a Leo, despedirse y me hice a un lado para dejarlo salir, extendió su mano y me dio un papel, mientras me dedicaba una sonrisa que me tenía más que impresionada.
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¿Realidad?
RandomJessica, es una joven de corazón noble, inseguridades y un gran dolor que desde su niñez lleva consigo. Pero, ¿todo será real?.