[7] Teníamos un trato

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—Vuelvo en unas horas. 

Perú giró la cabeza y declaró tal atrocidad sin ningún peso en el pecho: Ignorando el largo sermón que le recitaron tan solo unos minutos atrás, es tan desalmado de su parte. 

'No puedes ir' piensa Noruega, pero lo único que dice en voz alta —resistiéndose a la preocupación que causa a uno la partida de alguien amado— es que, al menos, "No puede ir solo". 

Perú escucha pacientemente, observándolo a los ojos; pero nada, en absoluto, cambia en su expresión mientras escucha. Ni se mueve, ni pestañea. Esto aturde a Noruega, que no está seguro de qué más decir para convencer a Perú de su compañía. 

O para convencerse a sí mismo de que Perú estará a salvo. 

—Iré a arreglar este asunto, solo confirmaré un par de cosas. —Perú no tira de su mirada a ningún otro lado que no sea sus ojos, habla pausadamente y sin ningún tipo de alarma—. Necesito que no te preocupes.  

Noruega no puede evitar calmarse entre respiraciones en cuanto escucha su voz; y la capacidad de Perú, que se mantiene tan sereno, termina por convencer a Noruega, de tratarlo hasta que calma cada nervio y duda. 

Y Noruega pierde esa pelea. 

—Solo... Ve con cuidado, ¿quieres? 

Perú asiente suavemente, con esa particular expresión de acero que Noruega terminó entendiendo por dulce. 

—Nos vemos en el centro. Avísame de lo que fuera. 

Noruega se agacha hacia él al hablarle, a propósito, puesto que no puede evitar desear alguna especie de venganza a la forma en que sus nervios son atacados por el muchacho frente suyo, que tiende a jugar con sus sentimientos sin saberlo. 

—No te lo estoy pidiendo. —Noruega habla con tal seriedad en el rostro que Perú se traga una carcajada. 

Para disculparse, Perú termina sonriendo muy, muy pequeñamente. 

—Contrólate, Nora —segundos de tortura después, Perú abre la bocaza—. Lo haré, pero te pido, deja de exagerar, ¿eres mi novia ahora? 

Perú, aunque bien entendiera el porqué de sus preocupaciones, no piensa cometer la imprudencia de involucrar a más sujetos en un terreno cuyo suelo estaba así de sucio

Pisar ese lugar le era tan desagradable: Tan aterrador. 

Noruega lo sabía, pero Perú no debía seguir frecuentando ese ambiente que, se supone, él misma ya debía de haber enterrado tantos metros bajo tierra como una sustancia tóxica. 

—Perú... —regaña Noruega. 

Se sonroja por descuido, pero no tiene que preocuparse, nadie lo vio. Perú estaba de espaldas arreglando papeles. 

—Bien, me detengo

Perú alza las manos para rendirse. 

Entonces, tomando una postura más seria, Perú metamorfoseaba su forma hasta que cada color encima suyo es completamente distinto. 

Y luego se despide. 

—Nos vemos, Noruega. 

Noruega toma el marco de la puerta por instinto, quiere aplazar su cierre tanto como puede. 

Mirándolo desde arriba, Noruega baja la cabeza y suspira con resignación, se apoya del marco para inclinarse hacia el otro. 

—Cuídate

—Que se cuiden ellos. 

Fue Perú quien terminó de cerrar la puerta. 

 

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C A M B I O S | Countryhumans Fic [AllxPerú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora