Hitou Meguri Kakure Yu (NTR)

Hitou Meguri Kakure Yu (03/03)

MIKIO

Aún sin poder aceptar los hechos, quiero terminar todo con Chitose, pero no tengo el valor, así que una noche antes de nuestro aniversario, decidí tomar la llamada de ella, ya que trataba de llamarme pero no quería contestar, así que le dije que mañana en nuestro "día especial", le daría una sorpresa, me dijo que me estaba preparando algo, y al terminar colgué sin más. Como no tenía planes para la noche, me fui a un bar y a pesar de que no era una persona bebedora, me puse una borrachera como nunca, además cerca de ese lugar había un prostíbulo, tome a la chica con los pechos más grandes y nos fuimos a follar, ahora estaba soltero, podía estar con cualquier chica, ya que Chitose nunca me había dejado tener sexo con ella, siempre decía que lo haríamos después de casarnos, ni una caricia, ni tocar sus pechos o sus muslos. Pero ahora tenía una mujer con la cual esa noche haría todo lo que ella no me había dejado, aunque no quisiera descargaría toda mi frustración sexual.

El día de nuestro aniversario también fui a beber, y estando ebrio le deje claro que todo había terminado entre nosotros para siempre, ahora era un hombre libre el cual podría enfocarse en lo que quisiera, además pensé en pasar soltero un buen rato, no quería saber nada de relaciones para así olvidarse también por completo de la traición de Chitose.

- ¿Mikio eres tú? Tanto tiempo sin verte, como has estado hombre.
- No muy bien, han pasado algunas cosas y ando con la cabeza en las nubes.

Un viejo amigo y colega me reconoció mientras caminaba sin rumbo por la calle. Me estaba platicando que por un problema de salud de su abuelo, y ya que su padre estaba ocupado con otros negocios, él se haría cargo de su negocio, que era una cadena de moteles en varias partes del país, donde si no tenías pareja podrías alquilar una, eran muy famosos esos moteles porque tenían mujeres de varias partes del mundo. Así que estaba emocionado por la noticia, y como éramos muy buenos camaradas me invito a formar parte del negocio que, al ser un proyecto algo grande él no podría manejarlo solo y necesitaba gente de confianza, asentí a su propuesta y nos dirigimos a un bar para afinar detalles y ver cómo sería mi contrato de trabajo.

Pasaron los meses y todo era de maravilla, tenía un trabajo con una excelente paga, sexo de sobra, ya que podía estar con las chicas del motel las veces que quisiera, siempre y cuando no estuvieran ocupadas, el sueño ideal de todo hombre. Una mañana mientras tomaba mi café leía el periódico como de costumbre, todo sin novedad hasta que algo me sorprendió, la posada del pueblo había sido vendida a los matones que asechaban el lugar, por fin se habían salido con la suya, desconocía por que Chitose había cedido el lugar a ellos, supuse que lo había vendido para irse con Kenzo. Aunque no era de mi incumbencia, decidí investigar con mis conocidos haber que había pasado, terminé mi café y me fui al trabajo. Ya estando en la oficina hice lo correspondiente al día, para el medio día ya había terminado todo, tenía unas horas libres antes de salir, con ese tiempo decidí ir con una de las nuevas chicas que habían llegado a laborar, así que la llamé y nos fuimos a una de las habitaciones, ya platicando con ella me conto sobre su vida y porque había tomado este trabajo, decía que su familia tenía unos invernaderos, pero con el temblor que había sucedido recientemente, el pequeño lago que estaba cerca había inundado el lugar, haciendo que perdieran gran parte de su producto y con ello, perdida en ventas, haciendo que tuvieran deudas y los pocos trabajadores que tenían estaban molesto pos sus salarios pendientes, por esa razón decidió apoyarlos buscando trabajo en la ciudad, pero como solo sabía mayormente labores de campo no tenía otro tipo de habilidades. Pero como tenía un cuerpo bien dotado decidió usarlo para conseguir dinero, (algo muy ingenioso de su parte). Terminando de estar con ella me vestí y me fui a casa. Cené algo ligero y me dispuse a dormir, pero antes, mi teléfono sonó, era Mao, ya habíamos arreglado nuestros problemas, así que de vez en cuando ella me llamaba, pero hasta la fecha no lo había hecho en la noche, ni mucho menos tan tarde.