Despedida

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Inmerso en mi memoria
por especialidad al parecer,
alimentaba aquel hecho,
por cinco días fue un problema,
en realidad, un trozo seco y duro.

Un discurso estéril de poco tiempo,
lamiendo sal de cordero,
sin depositar necesidad,
donde haría efectiva un regalo,
y justificar una despedida.

Grita al vacío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora