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  Lisa buscaba como loca en el cuarto de baño su cepillo de dientes. No podía encontrarlo y llevaba unos diez minutos rebuscando en su estuche y en el pequeño compartimiento del espejo. No aparecía por ninguna parte.

—¿Alguna de ustedes vio mi cepillo de dientes?—Gritó, con su cabeza saliendo por la puerta y su cuerpo aún dentro del baño.

  Estaban de gira mundial y habían decidido compartir habitación entre las cuatro. Apenas llevaban dos días de gira pero quizás alguna lo había tomado por accidente, o movido de lugar sin haberle dicho.

—¡Si eso no lo sabes tú, yo menos!—La primera en responder fue Jisoo, que ni se molestó en correr la vista del videojuego que estaba jugando tirada en su cama.

—¡Yo tampoco, Lisa-yah!—Chaeyoung se apresuró a responder. Ella estaba recostada junto a Jisoo, mirando a la pelinegra jugar.

  Lisa bufó molesta. No podía ser que se le haya olvidado en algún lado, lo consideraba algo esencial.

—¡Jennie!—Llamó a la morena cuando se dio cuenta de que era la única que no había respondido, ni estaba a la vista—. ¿Tú lo viste?

  Unos pasos pesados sonaron en la alfombra, lentos y pausados. El sonido del cepillado fue el segundo que llegó a los oídos de la rubia.

—Jennie, ¿acaso...—Insinuó, dejando la pregunta a la mitad.

  En ese momento, Jennie apareció justo frente a ella. Con su cepillo, en su boca.

—Creo que estabas buscando esto—Dijo en un tono inocente después de sacarse el objeto en la boca y colocarlo en la mano de Lisa—. Gracias por prestármelo, me hacía mucha falta.

  Lisa se quedó unos segundos estupefacta antes de reaccionar bruscamente.

—¡Ew!—Exclamó asqueada, soltando el cepillo y limpiandose la mano en su pantalón de pijama—. Esto es asqueroso y antihigienico Jennie, ¡era mi cepillo!

—No seas así, Lisa... Me olvidé el mío en el hotel anterior y necesitaba uno.

—¡Pues cómprate uno, no uses el mío!—Chilló alterada, ahora no se iba a poder lavar sus propios dientes y se le iban a pudrir.

  Indignada, Lisa dio media vuelta y cerró la puerta del baño con fuerza, justo en la cara de Jennie.

—¡Lisa, te olvidaste tu cepillo!—La morena le gritó del otro lado con una vocecita socarrona y una gran sonrisa divertida, que se ensanchó aún más al escuchar el chillido de asco que había dado la rubia.

—¡Quedátelo, pulgosa!

  Jennie se agachó para tomar el objeto y tirarlo a la basura. Estaba contenta, ya había cumplido su objetivo del día.

'Tᴏᴏᴛʜʙʀᴜsʜ' -JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora