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Narra Joel

La idea de una tarde con mis hijos ni siquiera incluía al idiota de Jackson, me alegraba que Erick estuviese aquí pero su novio me arruinaba la fantasía de estar con mis hijos. Los chicos estaban felices, tratábamos de estar al inicio de la piscina donde los chicos podían estar tranquilamente sin correr peligro. La sonrisa en el rostro de Erick era tan bella que podía resultar adictiva, Matt estaba algo decaído y a pesar de que trataba de hacerlo reír nada resultaba.

—¿Qué sucede pequeño?

—Que'ro a mami—, respondió cabizbajo mientras movía sus pies dentro del agua.

—Mi cielo, mamá está fuera de la ciudad y vendrá en unos días. Pero me tienes a mí, a la abuela y a Mamá Tere.

—La que'ro a ella.

Suspiré y sólo traté de mantener la calma, ¿Cómo explicarle que la madre que le dio la vida sólo se preocupaba por ella misma? Sentí como alguien me tocó la espalda por lo que me volteé encontrándome con Erick.

—¿Quieres que te ayude?—, se refirió a Matt.

—Por favor, extraña a Samantha pero ella no está en la ciudad.

—No te preocupes, voy a tratar. Si quieres puedes ir con los chicos.

Fui hasta los chicos y Jackson jugaba con ellos, Carla se removió en donde estaba para lanzarse hacia mí, afortunadamente pude atraparla evitando que cayera al agua—. ¡Hey! Ten cuidado Carla.

—Lo shento. Me 'evash?—Señaló el final de la piscina.

—No puedo pequeña, allá es muy profundo y puede ser peligro—, ella agachó la cabeza y se quedó mirando de reojo donde había señalado—. Pero podríamos jugar a algo.

Sus ojitos se iluminaron y rápidamente asintió, nos alejamos un poco de la orilla y cuando estuvimos en una zona de nivel promedio la agarré mejor contra mi pecho haciendo que lo único que tocara el agua fueran sus piernas. Yo daba pequeños giros en mi lugar haciendo que el agua formara olas y estas se colaran en las piernas de Carla haciéndole cosquillas, ella reía sin parar y a veces soltaba pequeños gritos. 

—Necesito que te agarres fuerte de mis brazos cariño—Sentí su pequeño agarre—, cuando yo te diga vas a cerrar los ojitos y vas a guardar aire en tu boquita y no vas a respirar por la nariz ¿Ok?—De nuevo asintió—. Ahora princesa.

Ella cerró sus ojitos con fuerza y aguantó el aire mientras que nos sumergía a ambos en el agua rápidamente para después emerger a la superficie. Al salir ella aún seguía con sus ojitos cerrados por lo que pasé con cuidado uno de mis dedos por sus párpados haciendo que ella los abriera.

—¿Bien?—Ella asintió y me pidió que lo hiciera otra vez por lo que repetí el proceso varias veces.

—Jackson, mijo ¿Me puedes ayudar a traer algo?—, le preguntó mi abuela.

—Sí, ¿Amor te quedas con Martín?— Se dirigió a Erick.

Erick le dedicó una mirada de que hablara más bajo, tenía a Matt entre sus brazos mientras se movía levemente por el agua, sabía que Matt estaba triste y aunque yo no le pude levantar el ánimo, Erick lo había hecho. ¿Qué tenía él que podía hacer de las pequeñas cosas una maravilla digna de admirar?

—Jackson, yo me quedo con él—, le dije y fui con Carla hasta donde estaba Martín. Él también se tiró a mis brazos por lo que me tocó acomodar a cada uno en un brazo, caminé hasta Erick y sólo pude morir de ternura al ver la cara de Matt sobre el hombro del mayor mientras hacia un puchero.

APRENDER A QUERERTE | JOERICKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora