Secuestro.

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Ahora sí, la parte que todas estábamos esperando, disfruten. ❤️


Ya estabas un poco alejada y tomabas algo de agua para hidratarte y posteriormente aplicarte un poco del algodón con la solución cuando de repente, escuchaste el súbito sonido de algo acercándose muy rápidamente a tus espaldas, tan rápido, que ni siquiera tuviste tiempo de hacer algún movimiento o activar tu equipo de maniobras.

— Shh... —se escuchó muy cerca de tu oído.

No entendías nada. Unas frías manos se posaron sobre tus ojos, dejándote sin visión.

— ¿Qué coñ...? —Derramaste toda el agua que estabas a punto de beberte encima de la camiseta.

Intentaste soltarte pero te fue imposible, ni siquiera habías terminado de internalizar lo que estaba pasando, cuando de un momento a otro, te hallabas volando en el aire, entre los árboles.

— ¿Le...vi...? —dijiste con voz entrecortada y abriendo los ojos a más no poder. 

Te tenía prisionera entre sus brazos, mientras su mirada permanecía fija en el camino.

— Estás secuestrada. —explicó sin apartar la mirada de enfrente y sin expresar mayor emoción, como de costumbre.

Te sentías feliz de verlo después de dos días sin siquiera cruzarse, pero también pensabas: "¿Por qué coño me pega este susto así porque sí?".

Estabas a punto de abrir tu boca para reclamarle por el susto innecesario que te había hecho pasar, cuando al mirarlo, notaste lo jodidamente guapo que se veía ese día.

Sí, por increíble que parezca, viéndolo desde de ese ángulo y en esas condiciones: en el aire, con el sol de las siete de la tarde dándole a la cara, se veía aún más sexy. Su piel que ya de por sí era preciosa, a la luz del atardecer se veía ligeramente dorada e iluminada, sus mejillas rosadas producto del choque térmico con el aire frío, su mandíbula, las venas y músculos del cuello, también se veían más marcados. Hasta daba la impresión de que su cabello se movía en cámara lenta, dejando su frente totalmente despejada debido al viento que les arropaba la cara.

Maldijiste internamente. — Joder,  Ackerman...  —Simplemente te quedaste absorta entre sus brazos, contemplándolo.

De pronto descendieron, aún en medio del bosque, pero ya en una zona más despejada y tranquila, el espacio estaba más iluminado y a un lado de este, un pequeño río que fluía suavemente, haciendo juego con la atmósfera tan calma que ahí se respiraba.

— Levi te escaneó con la mirada de arriba abajo, como comprobando tu estado. —suspiró muy levemente, aliviado.

— ¿Ni siquiera te vas a disculpar por el susto que me acabas de echar? —inquiriste, arqueando una ceja.

— Levi seguía observándote atento. — Después de haberme desobedecido por completo, dudo que tengas tal derecho. —replicó.

Posó su mirada en tus labios, y acercó su pulgar sobre ellos, limpiando una gota de sangre que tenías en la herida.

— Como digas, Levi.  —dijiste sarcásticamente pero ya más tranquila. La verdad Levi tenía razón, pero no querías admitirlo. Haber asistido a la misión estando lesionada, aunque fuese sido algo leve, era algo arriesgado, y más porque te había ordenado expresamente que no lo hicieses.

— Como entenderás, todo acto de insubordinación dentro de la legión conlleva un castigo. —explicó lentamente mientras se paseaba alrededor de ti.

Insubordinación.  [Levi x lectora - lemon] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora