Primer dia: la tortura comienza.

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Despierto temprano y me levanto inmediatamente para dirigirme a la ducha. Me doy un baño largo disfrutando del agua cayendo sobre mi cuerpo y limpiándolo. Al salir recuerdo las palabras de Klaus " nos vemos mañana para el desayuno" dijo. Mejor no hacerlo enojar.

Abro por primera vez el pequeño armario que hay en mi cuarto, por fin veo que los originales llevan toda su vida repleta de lujos inimaginables, para mi el "pequeño" armario es en realidad inmenso, repleto de vestidos de gala, tacones, ropa ceñida al cuerpo, y lencería. Me alarmo con esa ultima, todo es demasiado seductor, ¿Como podré mirarlo a la cara cuando se que fue él quien compro la ropa interior que llevo puesta?

Escojo lo que menos se me parezca a mi estilo, si quiero sobrevivir aquí debo ser otra persona, olvidarme de los Salvatores, de mi antigua forma de ser, obviamente no me comportare como lo hizo Katherine pero al menos mostrare una parte diferente de mi. Escojo unos botines negros, con una falda blanca con azul, una blusa blanca y una chaqueta negra que antes, nunca habría pensado en ponerme.

Después abro la puerta que Contienen algunas cosas de mi ahora anterior vida, todo lo que hay ahí para mi es importante, fotos familiares, recuerdos de viajes, una porcelana que alguna vez compre en mi primer viaje fuera de Mystics falls, mi diario, el colgante que Stefan me regalo. Creí que ya lo había perdido, y es mejor que continúe así, "No colgante, No pasado" me repito mentalmente y luego salgo de mi cuarto para dirigirme al comedor.

Klaus esta sentado al final del comedor del comedor, en cuanto entro levanta la vista me recorre el cuerpo con una mirada ardiente y luego me saluda con su nueva y educada manera de referirse a mi.

-Buenos días, Elena- me mira a los ojos y habla marcando su acento británico apropósito- Por favor, toma asiento- me acerco delicada mente a la silla mas alejada de el me espero a que una chica vestida de negro y blanco me sirva el desayuno. La mujer es callada, más que obvio que esta obligada por control mental a estar aquí.

-¿No hay ninguna persona en este mundo que trabaje para ti por voluntad de corazón?- me atrevo a preguntar viendo como la chica se acerca a él y le ofrece su yugular.

-Creo que nadie querría un trabajo tan.... Complejo- hala a la chica del brazo sentándola en su regazo y bebiendo de su cuello, escucho los gemidos de dolor de ella que se diferencian de los de placer que vienen de Klaus.

-Klaus, para. Vas a matarla- Le grito, pero se nota que es lo que el quiere- Klaus, déjala- me paro de mi asiento y corro hacia el la empujo alejándola pero ya es demasiado tarde su cuerpo sin vida deja los restos de su sangre esparciéndose por la alfombra.

-Mira por donde...-Veo la mirada asesina en sus ojos- alguien mas deberá saciar mi hambre- Ahora está cabreado. Se levanta y me lleva hacia un estudio que queda en el primer piso, después de hacer señales a uno de sus juguetes híbridos para que vayan a limpiar el comedor. Cierra la puerta tras nosotros y sin decir palabra clava sus colmillos en mi cuello arrinconándome contra contra el escritorio.

Lo empujo tan fuerte como puedo pero no lo muevo ni un milímetro, no puedo comparar su fuerza con la de ningún otro vampiro que haya conocido en el pasado.

Comienzo a sentirme débiles para no caerme me veo obligada a poner mis brazos sobre los hombros de Klaus, el se separa y me mira a los ojos con mucha furia contenida, pero luego aparta la vista y se muerde su muñeca para darme a beber su sangre.

-Nunca... Escúchame bien, Nunca me digas que hacer- me susurra en el oído- Antes lo soporte por que estabas con tus noviecitos y tenias algo que yo necesitaba. Ahora tu estas en mi casa, viviendo bajo mi voluntad, y toda tu me perteneces.

-¿Que te hace pensar que ahora que me diste tu sangre no me suicidare como lo hizo Katherine?- susurro como puedo, mi cuello duele demasiado.

-No te creo tan estupida como para perder el único atractivo que tienes siendo humana, cambiándolo por una vida inmortal llena de miedo y paranoia -es verdad. No lo haría, jamás- A demás si lo haces, yo tendría lo que quiero. Alaric moriría y el plan de mi madre fracasaría como siempre.

-Entonces mátame de una vez y termina con esto- lo reto esperando que no acepte y yo termine en el piso con el cuello roto.

-No, amor- se aleja y se sirve un vaso de whisky- te di una salida antes de venir aquí. Fuiste tu quien propuso esto. Es tiempo de que entiendas que siempre debemos cumplir cuando damos nuestra palabra.

Lo miro con furia y maldigo al hora en la que decidí venir con el mintiéndome a mi misma sobre mis verdaderos propósitos, yo sabia lo que tendría si venia con el, era la única forma de escapar del triángulo amoroso con el que llevaba más de un año, y la única forma de que todos entendieran que no siempre la vida tiene que tener una historia de amor para ser perfecta ¿Cuando iban a ver que los amaba a ambos por igual pero que solo los amaba como amigos? Stefan, siempre tranquilo dando consejos pero con demonios adentro que no puede controlar, lo amaba pero era un hipócrita. Y Damon, el chico malo que traiciono a su hermano enamorándose de la chica, impulsivo y egoísta, cuando en realidad el era el mas sincero y sobre protector de todos, viviendo en una fachada para impedir el dolor, un sobreviviente. Sin duda Damon era mi favorito, pero aún así Stefan era parte de mi, y fue por eso que huí como una cobarde con falsas razones para huir de mi horrorosa vida.

Ahora aquí estoy siendo la esclava en todos los aspectos de un híbrido original.

-Algo mas que se le ofrezca a su majestad?- preguntó sarcástica- algo de sangre.... Mi cabeza en una bandeja de plata adornada con diferentes especias- le digo mirándolo firme, pero el solo comienza a reír, al momento yo estoy riendo a carcajadas con el sin siquiera saber la razón, intento dejar de reírme y camino hacia la puerta con una sonrisa y la respiración acelerada pero tropiezo fin la alfombra, y antes de tocar el piso, mi cuerpo ya es sujetado por la incómoda mano de Klaus que sostiene mis glúteos de una manera demasiado extraña y sofocante.

-Cuidado, Elena...- comienza a acercarme a el impidiéndome moverme- No quieras caerte con mi sangre en tu sistema- ahora estamos demasiado juntos, su respiración con la mía, nuestras miradas conectadas y sus labios entreabiertos haciéndome dudar de lo que debo hacer en ese momento. Sin mas ideas me defino por la opción más fácil.

-Klaus....- susurro suavemente- ¡¡ Invades mi espacio personal !!- me aparto de su agarre y me muevo rápidamente hacia la puerta para voltear a ver su mirada maliciosa, se acerca a mi nuevamente pero esta vez de una forma en la que nunca vi a ningún hombre mirarme...

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Muchas e infinitas gracias por leer

Los ama y escribe por ustedes, Lala.

ATENTAMENTE Lala

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⏰ Última actualización: Mar 04, 2015 ⏰

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Los ojos del diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora