Relación Peligrosa (Yizhan)

01 - La tormenta me lleva a tu abrazo.

Yibo despertó una noche. Apresurado se levantó de la cama y tomó su almohada. Se dirigió a la habitación contigua a la suya y entró sigilosamente. La puerta ya estaba medio abierta porque su 'hermano mayor' tenía el presentimiento de que esto ocurriría. Entró lentamente, esquivando el montón de cosas en el suelo y se metió bajo el edredón azul marino, acomodó su almohada y observó el hermoso rostro de su hermano, sus pestañas negras, los suaves labios rosados y ese bonito lunar que le gustaba tocar. El hermano mayor, quien solo tenía un año más de diferencia, dormía con las manos entrelazadas sobre su pecho. Yibo separó lentamente esas manos y tomó una de ellas, no le gustaba que su hermano durmiera de esa manera porque parecía un cadáver.

Un flash entró de pronto por la ventana de la habitación y segundos después el fuerte sonido del trueno asustó a Yibo. La cama está pegada a la pared de la ventana, por lo que incluso pudo ver la vibración del vidrio en ella. Sin más, se acurrucó al lado del joven, abrazándolo con una pierna. Ya había cumplido los 15 años y sin embargo repite estas acciones cada que una fuerte tormenta azotaba la ciudad.

No era para menos, la razón de este miedo se remonta a la edad de 7 años, cuando Yibo vivía con su madre en una casa vieja con techo de lámina, rodeado del vecindario de casas modestas y algunos complejos de vivienda, un viejo barrio en donde se podía ver a la lejanía la urbe llena de rascacielos más modernos. Esa noche el cielo se estaba cayendo, el ruido de la lluvia contra el techo era casi insoportable, pero aún más insoportable eran los gritos de su madre pidiéndole que huyera de la casa y se llevara a su media hermana de 4 años, pues su padrastro estaba enloquecido por el alcohol una vez más y temía por su seguridad. 

Yibo se encerró en uno de los cuartos de la casa junto a su media hermana, mientras observaba la ranura bajo la puerta cerrada con candado. El grito desgarrador de su madre y un golpe seco se escuchó detrás, y de pronto vio una línea roja escurrir por la ranura. Sin pensarlo más, Yibo abrió la ventana, sacó a su media hermana y después brincó también hacia afuera. Totalmente empapado, cubierto por los relámpagos del cielo, asustado y golpeado por la fuerte lluvia cayendo sobre su pequeño cuerpo, corrió hacia la salida, arrastrando a la niña que tomaba fuertemente de la mano. Al salir de su casa, lo único que se le ocurrió fué correr tres edificios más adelante, donde vivía su maestra de primaria. 

Eran alrededor de las nueve de la noche cuando la maestra escuchó que golpeaban sin descanso la puerta de su departamento. Descubrió al abrir que Yibo y su media hermana estaban ahí, asustados, jadeando de cansancio, con la ropa mojada y los zapatos enlodados.

 ''Pequeño Wang ¿Qué sucedió?'' dijo la maestra mientras se agachaba para revisar a los infantes.

Ella sabía que la familia de Yibo era tremendamente disfuncional, pues muchas veces vió a la madre del niño llegar a la escuela con lentes oscuros, o con mangas largas en el calor de 35 grados, sabía que era violentada porque vive en el mismo sector y los chismes vecinales siempre corren rápido. De algún modo, el padrastro se libraba de los servicios sociales y la gente no entendía cómo lograba evadir los reportes. En varias ocasiones, la maestra le indicó al niño que si tenía un problema podía recurrir a ella. Inmediatamente intuyó que algo muy malo había pasado si el pequeño Yibo llegó hasta la puerta de su hogar en esas condiciones.

La policía arribó a la casa de Yibo, sólo para descubrir el asesinato de la madre. El padrastro también había muerto, no estaba claro cómo terminaron así las cosas. Lógicamente Yibo nunca supo los detalles, simplemente lo transfirieron a un orfanato y vivió en él por casi un año. Su media hermana fué reclamada por un tío biológico días después del fatídico día, pero no quiso hacerse cargo de Yibo pues no era nada de él.