Tomo mi forma humana y respiro el dulce aroma del bosque, mi hogar.
La ciudad queda a unos 3 kilómetros de aquí, que es donde viven los humanos, nosotros los licántropos vivimos en el bosque escondidos, solo salimos cuando vamos a explorar.
Me voy metiendo poco a poco en el rio cuando escucho ramas rompiéndose, no me asusto porque ya reconozco el aroma, Marcos, mi hermano.
-Mali, ¿Dónde estás?-
Salgo del rio, vuelvo a vestirme y camino hacia donde escucho su voz, cuando lo veo se encuentra de espalda así que con sigilo camino para asustarlo pero cuando me faltan unos cuantos pasos él se voltea a verme con una ceja alzada.
-tengo muy buen sentido de la audición, ¿recuerdas?-
-a veces te odio, otras no--- digo cruzándome de brazos--- ¿para qué me buscabas?
-viene un invitado especial a la casa, y la abuela quiere que estés en la cena--- habla comenzando a caminar a la casa y yo lo sigo
-¿quiere que esté presente?--- pregunto confundida--- si esta es otra de tus bromas, es una de muy mal gusto-
-no es ninguna broma, la visita solicito ver a todos los miembros de la familia-
Un poco emocionada camino. Mi abuela nunca me deja comer con ellos cuando hay visitas porque se avergüenza de que su nieta sea una omega.
Caminamos unos 5 minutos más y llegamos. Subo directamente a mi cuarto para comenzar a arreglarme para la cena.
Una hora después estoy lista. Me coloque un vestido de color cobrizo con puntos blancos y un faralao en la parte baja de la falda, unos zapatos blancos con rojo y en el cabello me hice una cola de caballo.
Cuando estoy por colocarme el zapato izquierdo me doy cuenta que no está, así que antes de que me llamen para comer comienzo a buscarlo, pero antes de que logre empezar a buscar, mi mamá me toca la puerta del cuarto.
-no nos hagas esperar, apúrate-
Ante de que logre contestarle escucho sus pasos alejarse, así que antes de recibir un segundo llamado comienzo a buscar lo más rápido mi zapato.
Media hora y tres llamados después, salgo a toda velocidad de mi cuarto colocándome el zapato faltante mientras camino.
-aquí estoy--- digo llegando a la sala--- no encontraba mi zapato
Marcos me sonríe divertido mientras mis abuelos me dirigen un mirada de desaprobación y molestia y mis padres una de preocupación.
-no te preocupes, pequeña Malika--- dice la persona que esta de espalda y no le veo el rostro, hasta que se voltea
-¿Andrew?--- digo sorprendida abriendo lo más que puedo los ojos
De repente siento una ola de calor recorrer mi cuerpo, las manos me suda, tiemblo y no puedo despegar mi mirada de sus ojos, que me recorren de arriba abajo con una sonrisa. Y no solo sus ojos me hipnotizan si no también su olor.
-en vivo y en directo-
Se acerca y me da un beso en la mejilla y me estremezco, él lo nota y sonríe.
-hasta que te dignas en bajar, ni que fueras un alfa para tener que estar esperándote-
-lo siento, abuela. No volverá a pasar--- susurro con la mirada baja
-no pasa nada, señora Leticia, no hay porque ponerse así--- me defiende Andrew
-es que tú no entiendes, Andrew, esta niña nunca hace nada bien, ni siquiera sirve como omega--- dice mi abuelo
Siento mi vista empañarse de lágrimas y bajo la cabeza para que nadie me vea llorar. Escucho a Andrew gruñir y levanto la mirada.
-en mi defensa es la omega más hermosa que he visto--- voltea a verme con una sonrisa--- y le voy a pedir el favor, señor Marcus, no le vuelva hablar así, mucho menos en mi presencia, o se las verá conmigo--- dice molesto cambiando el color de sus ojos, por un verde oscuro
Una muy clara señal de que está enojado.
Dicho eso sus ojos vuelven a la normalidad y toma mi mano para dirigirnos a la mesa del comedor, para esperar a los demás.
NUEVA HISTORIA.
Espero les guste.
Aviso de una vez que está historia no va a tener más de 15 capítulo, por eso la historia se desarrollara de forma rápida.
Sin más nada que decir, chao los quiero.
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Blue Blood
WerewolfAlfa, betas, y omegas. Alfas, punta de la pirámide. Fuertes, posesivos, mandones, protectores con sus parejas, violentos y arrogantes. Betas, mitad de la pirámide. Llevan las paz, subordinados de los alfas, el punto medio entre el caos y la tranqu...