Sin embargo, no se escuchó el fuerte golpe esperado, sino un fuerte grito de ayuda.
"¡Ah, hermano mayor, ayúdame!"
La voz tembló, llena de pánico y miedo. Era la voz del Segundo Príncipe, Xuanyuan Jing.
Todos miraron la parte superior del restaurante, sus corazones tenían cierta duda mientras observaban.
En este momento, Xuanyuan Jing estaba colgando de la barandilla rota, atrapado entre el segundo piso y el tercer piso. Demasiado asustado para moverse, solo pudo gritar pidiendo ayuda.
"¡Ja ja!"
No se sabía quién se rió primero, pero todos no pudieron evitar reír a carcajadas.
Mientras el segundo príncipe colgaba de la barandilla, algunas partes de su ropa se habían rasgado, dejando al descubierto su trasero blanco como la nieve, lo que provocó el ridículo entre la multitud.
"El culo del Segundo Príncipe es tan blanco, ¡ah!"
Entre la multitud, alguien habló en voz baja, provocando otro ataque de risa.
"Jaja, hoy podemos ver el culo de la Familia Real, ¡No es nada diferente!"
Todos los días, Xuanyuan Jing siempre fue arrogante y despótico. Cosas como él intimidando a los ciudadanos en las calles eran muy comunes, por lo que cuando pudieron ver la rara escena de Xuanyuan Jing siendo humillado, todos los ciudadanos sintieron un estallido de felicidad.
Al escuchar esto, Xuanyuan Jing sintió que su trasero se enfriaba mientras trataba apresuradamente de cubrírselo con las manos.
Pero cuando trató de soltarse de la barandilla y cubrirse, todo su cuerpo se deslizó poco a poco. Ya no trató de cubrirse y solo pudo gritarle a Xuanyuan Huan pidiendo ayuda.
La cara de Xuanyuan Huan también era muy fea. Originalmente quería insultar a Di Beichen un poco más, no obstante, nunca pensó que Xuanyuan Jing en realidad sería tan tonto y le haría perder la cara. Sin otra opción, Xuanyuan Huan ayudó con impaciencia a Xuanyuan Jing a retroceder.
Ahora, la multitud se volvió para mirar a Di Beichen y, de repente, sus expresiones se volvieron extrañas.
Esto se debe a que cuando Di Beichen cayó al suelo, quién sabe cuando, 2 bolas redondas y esponjosas rodaron debajo suyo.
Las dos bolas de pelusa habían detenido fácilmente la caída de Di Beichen, dejándolo ileso.
El modismo: tratar de robar un pollo solo para terminar perdiendo el arroz que se usó para atraerlo.
Todos los aquí presente habían ganado una gran comprensión.
"¿Qué demonios?" Xuanyuan Huan escupió, su voz con tonadas de enojo. "¿De quién son estas bolas?"
Su voz acababa de sonar cuando una figura blanca salió de la multitud. Su hermoso rostro claro se onduló con una leve e indiferente sonrisa.
"Mis disculpas, acababa de comprar 2 cojines suaves, pero no pude atrapar las bolas de embalaje mientras rodaban. Espero que el señor no se ofenda ".
Bajo el sol abrasador, su figura blanca solitaria estaba teñida con un toque de oro. Su elegante rostro era como un lirio verde azulado, fresco y conmovedor. La mujer llevaba un vestido largo blanco, resaltando su delgada figura mientras su cabello fluía libremente como una cascada. Unos mechones de cabello rizados caían por sus mejillas, emitiendo una sensación de indiferencia y pereza.
Cejas delgadas, como de sauce, suaves y conmovedoras. Un par de ojos de fénix tan claros y brillantes como un cristal coloreado. Sus labios eran del color del cinabrio, complementándolo con su piel suave y blanca, haciendo que la gente suspirara profundamente recordando un talento y una belleza incomparable.
Xuanyuan Huan miró fijamente su rostro ligeramente familiar, desconcertado. "¿Cómo es posible que esta mujer se parezca tanto a Baili Hongzhuang?"
"¿Cuál es tu nombre?" Preguntó Xuanyuan Huan.
"Hongzhuang".
El nombre similar solo le dio a Xuanyuan Huan más dudas, pero después de mirar de cerca, todas las dudas en su corazón fueron barridas.
Aunque esta mujer de nombre Hongzhuang y Baili Hongzhuang compartían cierto parecido, ya fuera en temperamento u otras cosas, todos estaban lejos de ser comparables a Baili Hongzhuang.
Un destello de codicia apareció en los ojos de Xuanyuan Huan. La mujer frente a él era incluso más hermosa que la aclamada belleza número uno en la Ciudad Imperial, Baili Yuyan.
Si puede conseguirla, ¡Quién sabe cuántas personas lo envidiarían!
N/T:
Baili Hongzhuang cuando se entere de los pensamientos de Xuanyuan Huan: Puta que asco...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
